LOOMINOSO
Páginas: 48 (11853 palabras)
Publicado: 29 de julio de 2015
«Das Unheimliche»
Autor: Sigmund Freud
Fuente: Obras Completas versión digital
Nota: Este texto no incluye notas al pie de página
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I
Es muy raro que el psicoanalista se sienta proclive a indagaciones estéticas, por más que a la estética no se la circunscriba a la ciencia de lo bello, sino que se la designe como doctrina de las
cualidades de nuestro sentir. El psicoanalista trabaja en otros estratos de la vida anímica y tiene
poco que ver con esas mociones de sentimiento amortiguadas, de meta inhibida, tributarias de
muchísimas constelaciones concomitantes, que constituyen casi siempre el material de la
estética. Sin embargo, aquí y allí sucede que deba interesarse por un ámbito determinado de la
estética, pero en tal caso suele tratarse de uno marginal, descuidado por la bibliografía
especializada en la materia.
Uno de ellos es el de lo «ominoso». No hay duda de que pertenece al orden de lo terrorífico, de lo
que excita angustia y horror; y es igualmente cierto que esta‐palabra no siempre se usa en un
sentido que se pueda definir de manera tajante. Pero es lícito esperar que una palabra‐concepto particular contenga un núcleo que justifique su
empleo. Uno querría conocer ese núcleo, que acaso permita diferenciar algo «ominoso» dentro de
lo angustioso.
Ahora bien, sobre esto hallamos poco y nada en las prolijas exposiciones de la estética, que en
general prefieren ocuparse de las variedades del sentimiento ante lo bello, grandioso, atractivo (vale decir, positivo), de sus condiciones y los asuntos que lo provocan, y no de lo contrastante,
repulsivo, penoso. Del lado de la bibliografía médico‐psicológica, sólo conozco el trabajo de E.
Jentsch (1906), rico pero no exhaustivo. Por lo demás, debo confesar que por razones fáciles de
colegir, propias de esta época, para este pequeño ensayo no he examinado a fondo la bibliografía, en particular la de lengua extranjera, y por eso no sustento ante el lector ninguna pretensión de
prioridad.
Jentsch destaca con pleno derecho, como una dificultad para el estudio de lo ominoso, que
diferentes personas muestran muy diversos grados de sensibilidad ante esta cualidad del
sentimiento. Y en verdad, el autor de este nuevo ensayo tiene que revelar su particular embotamiento en esta materia, donde lo indicado sería poseer una mayor agudeza sensitiva.
Hace ya largo tiempo que no vivencia ni tiene noticia de nada que le provocase la impresión de lo
ominoso, y por eso se ve precisado ante todo a meterse dentro de ese sentimiento, a despertar su
posibilidad dentro de sí. Por cierto que también en muchos otros ámbitos de la estética hay
grandes dificultades de esta índole; mas no por ello desesperaremos de encontrar casos en que
ese discutible carácter sea aceptado sin vacilar por la mayoría.
Pueden entonces emprenderse dos caminos: pesquisar el significado que el desarrollo de la
lengua sedimentó en la palabra «ominoso», o agrupar todo aquello que en personas y cosas,
impresiones sensoriales, vivencias y situaciones, despierta en nosotros el sentimiento de lo
ominoso, dilucidando el carácter escondido de lo ominoso a partir de algo común a todos los
casos. Revelaré desde ya que ambos caminos llevan al mismo resultado: lo ominoso es aquella variedad de lo terrorífico que se remonta a lo consabido de antiguo, a lo familiar desde hace largo
tiempo. ¿Cómo es posible que lo familiar devenga ominoso, terrorífico, y en qué condiciones
ocurre? Ello se hará patente en lo que sigue. Puntualizo aún que esta indagación procedió en
realidad por el camino de reunir casos singulares y sólo después fue corroborada mediante lo ...
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