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El presente trabajo abordará algunos aspectos de la novela Santa Evita, publicada
en 1995 por Tomás Eloy Martínez, texto que relata la historia del periplo del cadáver de
Evita desde suembalsamamiento por orden de Perón hasta que, más de veinte años
después, fuera finalmente enterrado en el más elegante cementerio de la Capital Federal,
luego de permanecer secuestrado y escondido por elmilitarismo golpista que derrocó a
Perón.
Una hipótesis guía la presente lectura: confrontar una realidad histórica que
deviene mito con el correr de los años, exige, en su plasmación textual, unaforma
multifacética de autoría, de algún modo colectiva, en la que –aún cuando la autoría
personal resulte incuestionable- se combinen polifónicamente las voces heterogéneas que
multiplican lahistoria hasta darle esa resonancia mítica que la de Eva Perón ha adquirido
tanto en la Argentina como en Latinoamérica.
Este paso de lo social de la historia a lo personal de la creación manteniendo larepercusión mítica colectiva que hizo que una mujer política muerta se convirtiera en
codiciada reliquia resistente a la muerte y en metáfora de una nación acosada por el
militarismo, exige un tipode técnica estética de ensamble, técnica que en Santa Evita
adquiere la forma del cadáver exquisito literario.
La creación parcial del texto de este modo, integrando eficazmente el más variadomaterial1
, acentúa el esteticismo justamente porque, además, habla de un cadáver
1
Recortes de diarios y revistas, cartas, fragmentos de radionovelas interpretadas por ella, entrevistas (con
elpeluquero, con familiares de Eva y de militares implicados en la “custodia”) cuadernos de apuntes, un
guión de cine no filmado, sobre el día del “renunciamiento”, escrito años antes por el propioMartínez,
sueños propios que lo ligan a la “predestinación” de narrar a Eva, las memorias de Ara (El Caso Eva Perón,
CVS Ediciones, Madrid, 1974), embalsamador español contratado por Perón y el más...