Los años 40 y 50 de la novela hispanoamericana
- Jorge Luis Borges (Argentina 1899-1986): uno de los más asombrosos autores de cuentos de nuestra época. Sus relatos nos ponen en contacto con lo insólito y excepcional, proponiéndonos sutiles juegos mentales llenos de inteligencia. Sus cuentos se recogen en obras como Ficciones y El Aleph.
- Miguel Ángel Asturias (Guatemala, 1899-1974):aborda de forma novedosa viejos temas, obtuvo el Premio Nobel en 1977. Su obra es El señor Presidente, sobre la dictadura.
- Alejo Carpentier (Cuba, 1904-1980): con Los pasos perdidos, donde el protagonista nos lleva a un viaje por la selva, cuya meta es encontrar el origen de la música en viejos instrumentos y formas de habla.
- Juan Rulfo (México, 1918-1986): autor de la novela magistral PedroPáramo (1955), donde se mezclan la vida y la muerte, lo real y lo sobrenatural, que influirá en los autores más jóvenes.
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La narrativa española de los 40: el realismo tremendista.
Aunque, con relación al periodo de guerra, se amplían los temas tratados, estos son aún, en palabras de MartínezCachero,"años de convalecencia".
Si por estos años la vida cultural está cargada de notas triunfalistas, de deseos de evasión (en el teatro, principalmente) y de retornos al formalismo clásico (poesía), pronto aparecerá una literatura inquietante y hasta cargada de angustia: una poesía desarraigada (Blas de Otero, G. Celaya); novelas como La Familia de Pascual Duarte de Cela (1942) o Nada de Carmen Laforet(1945)... En esta línea, domina un enfoque existencial que suele ser producto de las posguerras.
Sin embargo, tras el malestar vital, tras las angustias personales, percibimos unas raíces sociales concretas, aun cuando los autores no tuvieran intención social patente, cosa que tampoco permitía la censura.
Esta época viene marcada por la desorientación, los múltiples tanteos (realismobarojiano; novela psicológica, heroica, poética, simbólica...) en busca de un cauce por el que pueda transcurrir una literatura acorde con los momentos que se viven. La desorientación es aún mayor si recordamos la desconexión con el pasado inmediatamente anterior: se "secuestran" las obras sociales de "preguerra", se desconocen las obras de los exiliados; la novela deshumanizada está muy lejos de losdramáticos momentos que se viven... Parece que sólo Baroja conecta con las preocupaciones de estos autores.
Cela, con La familia de Pascual Duarte, agria visión de realidades míseras y brutales, inaugura el tremendismo: selección de los aspectos más duros de la vida. Tuvo un enorme éxito, y la fórmula se repitió hasta el abuso: no sólo en la obra de Cela, comienzo y cumbre de la tendencia, encontramosese desquiciamiento de la realidad en un sentido violento o esa sistemática presentación de hechos desagradables e incluso repulsivos; hubo muchos seguidores: carga tremendista, en mayor o menor grado, hay en Delibes (La sombra del ciprés es alargada, si bien con una honda religiosidad) o Ana María Matute (Los Abel). Otros desvirtúan rápidamente el género (se "esperpentiza"). A finales de ladécada se pide moderación.
Las crueldades de la guerra civil, tan recientes, tan difíciles de olvidar, contribuyen a dicha moda. Moda que, según Tomás Borrás, no respondía a "delectación por lo morboso, sino a propósito revulsivo".
Típico de esta novela será el reflejo amargo de la vida cotidiana, desde un enfoque existencial. Por eso los grandes temas son la soledad, la inadaptación, la...
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