Los años 60

LOS AÑOS 60
Los años sesenta ven florecer en París la última oleada de jóvenes modistos, un pequeño grupo de nuevas casas que nunca responderán del todo al extenso pliego de condiciones instaurado por la alta costura para poder ser entronizadas por la Cámara Sindical.
Destaca Emanuel Ungaro, desde el clasicismo de Balenciaga, las raíces italianas de este le empujaran hacia audacias barrocasllenas de contrastes: drapeados, superposiciones… Sus vestidos no solo desfilan en pasarelas, sino que están presentes en la vida parisina.
La casa Lesage supo crear trabajos de bordados que siguen siendo un gran ejemplo de la aportación de este creador a la alta costura.
Oleg Cassini, modelista hollywoodiense, adapta el estilo glamour de los años 30 a una mujer clásica.
El swinging LondonMientras en París bulle el prèt-à-porter de los jóvenes estilistas el Reino Unido asiste a la ruptura que supone la devastadora ola musical del swinging London. Al ritmo de la música pop, se crea la cultura teenage. Instaurará un cambio radical para el futuro, los chicos llevarán melenas largas, las chicas cortes cortos y minifaldas. Muchos estilistas lanzaron propuestas difundidas en fotos de DavidBailey y al ritmo de los Rolling o los Beatles, que a su vez difundieron un estilo que rompía con la tradición british.
El imperio del estilo
Ungaro cierra con su inauguración un siglo de alta costura. Esta ya no garantiza la existencia de una marca. El número de casas inscritas en la Cámara Sindical de los modistos parisinos se reduce en gran número y sus cifras de negocio no dejarán de bajar.Ante esto, Saint Laurent y Pierre Bergé abren una boutique situada justamente en las antípodas de los barrios elegantes ofreciendo a precios asequibles sus productos. Lejos de considerar esta diversificación como una “subcostura”, el joven modisto hace de ella una creación distinta con fines propios.
Afianzarán la notoriedad de aquellos a los que ya se denomina estilistas: “Estilo: particularmanera de tratar la materia y las formas con vistas a la realización de una obra”, dice Petit Robert.
Maïmé Arnodin se revelará como la gran pionera del estilo, lo que equivale a decir que se trata de una pequeña revolución en el universo machista de los grandes del textil.
Jean Bousquet lanzará la famosa camisa Cacharel adoptada con entusiasmo por toda una generación.
François Vincent, lanzará los“cuadernos de tendencias”. A partir de entonces, cada temporada, cada sector de la producción textil, podrá acceder pagando a estos instrumentos de trabajo que intentan llevar a cabo la síntesis de las grandes corrientes del momento, clasificadas por temas, formas, materias, colores…
Prisunic, creada por Denise Fayolle desea que el mayor número de gente posible acceda, pagando lo mínimo, a unproducto hermoso y bien diseñado. Se renuevan los mostradores, se redecoran los almacenes, se rejuvenece la indumentaria para promover unas prendas sportwear que entusiasmarán a la clientela, creando una espiral ascendente.
La moda masculina
La moda masculina clásica aunque rejuvenecida, dominará un prêt-à-porter masculino en pleno desarrollo, la línea italiana, la de los ragazzi. Ello, provocarála práctica desaparición del sastre de barrio al tiempo que aparecen los minets en París y los mods en Londres, la chaqueta con cinturón, las corbatas anchas y los boots. No abolirán todavía el traje de tres piezas. Seleccionan materiales nuevos, simplifican los detalles. Pantalones de talle bajo, hombros en forma de pagodas, pelo que acaricia los cuellos largos, chaqueta de carpintero, las desertboots o el traje Mao. Se produce la ola del vaquero.
La calle y la antimoda
En Londres las Chelsea girls, vestidas con prendas muy cortas y con sus aires de colegialas desvergonzadas, no obedecen ningún tipo de consigna. Las boutiques alimentan sin cesar su frenesí adaptándose a la ola. Nuevos elementos prefiguran al hombre objeto de deseo tal como se impondrá lentamente, siguiendo el...