Los castillos

- ¡Muy oscuro! - se escucho detras de los arboles del jardin.
- ¡Tienes que estar loco! - grito la sombra que se asomaba desde la ultima torre del castillo.
La sombra se mostro rapida y silenciosa, decendio por las escaleras de la torre hasta la sala de estar. Miro sobre la mesita de cafe un juego completo de tasas de te, de porcelana esmaltada de brillantes colores, sobre un fondo blanco condestellos plateados y perlas.
La sombra tomo una de las tasitas y le sirvio te caliente. Con la suavidad de un suspiro el te caliente se volvio de color dorado y efectivamente en oro. La sombra sumergio un dedo y aun estaba tibio, confundida, cuidadosamente coloco la tasita en la mesa nuevamente.
- ¡Si hay alguien en esta habitacion, que se presente! - grito la sombra.
- ¡aqui!, ¡aqui! - Dijola joven sentada del otro lado de la habitacion, escondida por la sombra que producia la cortina que tapaba la ventana.
- Que curioso... ¿en este lugar todos gritan asi?, ¿como te llamas? -dijo la joven entusiasmada y optimista.
- En este castillo nadie te escucha, ¡es tan grande y amplio que podrias estar pidiendo auxilio y nadie nunca te escucharia! - La sombra callo por un segundo. - Aquime llaman La Sombra, pero mi verdadero nombre es Naev -
La joven se levanto de aquel precioso sillon color plata con encajes, del cual parecia encariñada, camino hasta tener delante de sus ojos a Naev y sonrio apenas, sin quitar los ojos de el, tomo la tasita de te que se habia vuelto oro y dijo:
- ¿No hubiera sido aburrido si tan solo siguiera siendo te? - con una voz suave y delicada.
-¡Mira!, no se como lograste transformar el te en oro, ¡pero tengo un gran apuro! - dijo nervioso. Corrio hasta la gran puerta y de un empujon logro abrirla, dio un ultima mirada a la joven para recordar su palida piel, con ojos grises como espejos y sin decir una sola palabra cerro la puerta y no volvio al castillo esa noche.
La joven realmente confundida se quedo mirando la tasita de te que aquel chicohabia vuelto oro, no paraba de preguntarse si en este castillo todos eran gritones y disparatados. Llevo la tasita de te a sus rosados y finos labios, bebio un sorbo y sintio que los ojos de Naev estaban observandola, sintio que su mente se fusionaba en un mar de conocimiento de aquel joven, prontamente se encontro con sus ojos, con sus manos, su aroma, ella estaba viendo lo que el veia, peroambos estaban conectados en el mismo cuerpo.
Se encontraban en los jardines del castillo, iluminados por la tenue luna inundada en un oceano de estrellas, constelaciones y galaxias, como si el espacio no estuviece tan distante, el horizonte a unos pocos metros y el cielo nocturno finalmente invadio el jardin. El viento se sintio en el rostro de ambas almas, hasta que la vista de la joven se volvioborrosa y ya no lograba distinguir los arbustos altos, ni los arboles moviendose por suave brisa, solo llegaba a ver el piano de cola al final de la sala. Efectivamente se encontraba nuevamente dentro del castillo, confundida y encantada, no podia ni pensar en sentarse, solo se preguntaba si Naev tambien habia logrado sentir lo mismo pero no tenia coraje suficiente como ir a comprobarlo y solodecidio subio por las escaleras del castillo hasta el primer piso, se encontro con un largo y amplio pasillo con sentenares de puertas diferentes. Aun asi ella parecia conocer realmente bien el lugar en el que se encontraba y sin mirar ninguna otra puerta se dirigio a una tan alta y estrecha que no parecia que ninguna persona humana pudiera cruzarla. Al girar la perilla una larga cortina de encajessacudida por el viento se extendio por el pasillo, la joven cruzo la puerta y al cerrarse el mundo se detuvo por un instante, como si el sonido del exterior no pudiera cruzar atraves de la madera.
El cuarto tenia una forma circular y el techo en forma de piramide hacia arriba, plagado de telas colgantes con diferentes texturas, diseños, colores y formas, un aplio ventanal en el cual podia ver...