Los Conquistadores de la Antartida
FRANCISCO COLOANE
LOS CONQUISTADORES
DELA
ANTARTIDA
NOVELA 11 EDICION
a
EDICIONES RODAS.S A.
INDICE
1 S. O. S...................................................
9
2
El naufragio de la "Flora” ................
19
3
El abordaje de la "G aviota” ............
33
4
La caverna del desterrado ................
45
5
El pingüino fantasma .........................
59
6
Enmemoria de un Presidente ........
71
7
Las ballenas azules .............................
79
8
La angostura del abismo .... ...........
89
9
El valle misterioso .............................
101
10
El fin del "Agam aca” ............ ........
115
11
Dos fantasmas que retornan ............
125
12
Ultimos rastros ..................................
131
1
s. o. s.
LOS relámpagoscruzaban sus bandazos de luz
sobre la caseta de la radioestación de Walaia,
mientras en su interior se paseaba inquieto el
sargento Ulloa frente a la mesa de transmisio
nes, junto a la cual el radioperador Alejandro
Silva permanecía con los auriculares puestos en
una actitud desesperada.
— ¿Nada más que eso? — preguntó el sar
gento.
—
¡Nada más que eso! —respondió Silva,
recalcando con el lápiz azul,con que solía es
cribir directamente sus recepciones radiotelegráficas, tres grandes letras impresionantes so
bre el papel: S. O. S.
Un trueno retumbó como si desde el
confín viniera desmoronándose una gigantesca
9
ruma de tablas, y pasó de largo, con un vaivén
sonoro, hacia otro confín lejano.
— ¡Ese o ese! — repitió como un vagido
del trueno el sargento Ulloa.
— ¡Ese o ese! — repitió como uneco el
radioperador, apretándose los auriculares a los
oídos con gesto ceñudo, y agregó, volviendo a
tomar el lápiz y repasándolo con nerviosidad
sobre las tres letras ya intensamente grabadas
de azul en el papel— : ¡Nada más! ¡S. O. S.!
S. O. S., las tres letras internacionales que
significan ¡Auxilio!, para todos los oídos del
mundo, sin distinción de razas o idiomas, fue
el único mensaje quealcanzó a recibir la radioestación de W alaia, en medio de la tormenta,
cuando un rayo, de súbito, destrozó la antena,
interrumpiendo la angustiada comunicación.
La radioestación de Walaia, de la Marina
de Chile, está situada en uno de los parajes más
agrestes, solitarios y australes del mundo: en la
desembocadura de la Angostura Murray, fren
te al Cabo de Hornos.
Esta angostura o canal es unverdadero
tajo entre cordilleras, corto y profundo, que da
salida a las aguas del canal Beagle hacia el Ca
bo de Hornos. La naturaleza en esa parte del
fin del mundo es hostil y tempestuosa. Las cos
10
tas carecen de playas porque las montañas se
precipitan a plomo en el mar; la vegetación es
tá representada por los robles aparragados y
algunos pastos y liqúenes que trepan en las
partes bajas, yluego los cerros se yerguen mon
dos, cual agrietada piel de paquidermos colo
sales.
Entre estos lomos, en la margen Este de
la Angostura Murray, aprovechando la leve lla
nada de un ancón, está la casa de la radioesta
ción de W alaia, un hermoso chalet de dos pi
sos que contrasta extrañamente con la soledad
del paraje.
El radioperador Alejandro Silva estaba
de guardia cuando se desencadenó latormenta,
en medio de la cual el receptor empezó a mar
car el S. O. S. de un barco cuya posición no
logró comunicar porque un rayo había destro
zado una de las antenas, interrumpiendo la re
cepción.
— ¡Un barco en peligro! ¿Pero en dónde,
en qué parte? — profirió el sargento Ulloa, un
hombre moreno, alto y huesudo, que se menea
ba como el mástil de una nave al andar.
—
¡No queda otra queesperar! — dijo Ale
jandro, colocando los auriculares, ya inútiles,
sobre la mesa de transmisión.
11
— Dentro de una hora me dijo el subofi
cial Poblete que podría estar todo arreglado;
está trabajando en los desperfectos con el me
cánico Frías y el radioperador Sagredo —agre
gó Ulloa.
— ¡Si no nos cae otro rayo!
—
¡Sí; es peligroso mantener la corriente
eléctrica con esta tempestad; pero es...
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