los coristas
Beatriz Pérez (Arg.)
Resumen
Los objetos están, pero no existen para nosotros mientras no creemos mentalmente su representación intelectual. A partir de entonces permanecerán aún sin estar presentes. Desde el nacimiento, el yo se conforma progresivamente en esta discriminación del mundo. Imágenes, relaciones y direcciones aprehendidas bajo la acción de la gravedad sonparte del psiquismo del aprendiz de natación. Pero el mundo subacuático tiene leyes, características y relaciones diferentes. Entran así en conflicto ambas realidades, la acuática a percibir, y la terrestre representada. La gravedad, por ejemplo, se encuentra encubierta en fuerzas de empuje que recibe el cuerpo del medio en que se desplaza.
Los mecanismos reflejos que posibilitan al hombre labipedestación deben readaptarse. Las reacciones defensivas a cambios posturales bruscos que compensan la pérdida de equilibrio terrestre, afloran sistemáticamente en el aprendizaje acuático. La lógica terrestre construida : "a todo cambio brusco corresponden golpes contra el piso, dolor, roturas, retos", debe cambiar por la lógica acuática donde a las mismas sensaciones orgánicas corresponden: "elmecerse suspendidos en un medio que acaricia nuestra piel". Hasta su aprendizaje, se desencadenan así conflictos emocionales. Desde un enfoque psicomotor, es decir, que considere las tres áreas de la conducta: motriz, afectiva e intelectual, podríamos dar diversos conceptos del espacio. Un punto de vista físico lo considera como el lugar donde se realizan nuestras acciones. Pero es a través de ellasque vivimos y desarrollamos los potenciales de aprendizaje. Nuestro actuar en el mundo re-crea ese espacio vivenciado, construyendo en la mente sus objetos, relaciones, situaciones. Hablamos entonces de un espacio intelectual. No obstante, toda experiencia lleva implícita un significado particular para quien la vive. Este espacio emocional será la manera en que el mundo nos pertenece, modulandonuestras acciones; nuestra forma de ser en él, de integrarnos a él. La casa de la niñez, por ejemplo, podrá no existir, pero seguirá siendo nuestro dominio. Y si pudiéramos volver a ella, seguramente deberíamos actualizar nuestras distancias, las vivenciales, confrontándolas a las reales o mas objetivas de la adultez. Merlau Ponti dice al respecto: "La experiencia del propio cuerpo nos enseña aarraigar el espacio en la existencia." El primero, físico, tendrá leyes determinadas bajo las cuales organizamos nuestro accionar. Existen en él objetos con características particulares (tamaños, formas).
Dichos objetos se vinculan entre sí manteniendo relaciones espaciales (cerca, lejos, dentro, fuera, etc.) muchas veces con características dinámicas (en las que se inserta nuestro propio dinamismo)determinando sentidos direccionales, y distribuidos en las tres dimensiones respecto a coordenadas horizontales y verticales (arriba, abajo, delante, atrás, izquierda, derecha). Porque actuamos percibimos, y con lo percibido actuamos. Nuestro cuerpo construirá nuestro espacio, viviendo, conociendo, transformándolo, en un complejo intercambio constante. Con leyes y posibilidades genética ysocialmente determinadas. Experiencias realizadas con gatitos a los que se les privó de la exploración visual de líneas verticales durante el período sensible a su captación, tercera a octava semana de vida, evidenciaron un comportamiento posterior irreversible de ignorancia de dicha orientación. Desplazándose frente a formas verticales como verdaderos gatitos ciegos. A pesar de que el sistema posturalhumano, jerarquiza nuestras conductas hacia la verticalidad, al estudiar la relación que socialmente se da a esta posición con respecto a la horizontal, se ha evidenciado en tribus de primitivas de Africa, donde tanto la vida como sus viviendas se relacionan más con la tierra y el horizonte, que la captación de líneas horizontales se privilegia con respecto a las verticales. Las grandes ciudades...
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