Los cuerpos

Apenas empiezo a comprender a Nicolás Alvarado. Ahora sé que él tiene que sobrevivir o hasta vivir y todavía más, vivir muy bien y requetebien; su recurso es obligarse a buscar el ángulo interesantede libros que deba publicitar -le gusten o no- de lo que puede no ser interesante en los libros, pero también de lo que puede ser hasta aburrido e insustancial en los libros. Él nos queda a debersus verdaderas convicciones, sus posiciones éticas, sus intereses genuinos en la literatura. Así que no se debe uno desgastar en criticar sus posiciones axiológicas, ya que ellas son -en su trabajo-logreras y nada más. "Hay que comer" y lo comprendo.
Pero opiniones interesadas al calce, hay un tópico que sobresale con críticas a favor o en contra; me refiero al aspecto de la vida humana quetranscurre de la cintura para abajo y no precisamente al revés. Estamos viviendo la época del desmadre, no se puede calificar de otra manera. ¿Qué importancia puede tener que un personaje de la políticanacional o internacional, del pasado o del día de hoy, tenga como sus juguetes favoritos al falo y al yoni? Bonitos nos vamos a ver tratando de ser voyeuristas -como se nota en uno de los libros-literarios, porque lo preferimos antes que ir vivir nuestras propias experiencias. Tales inclinaciones son aptas para adolescentes imberbes y para las mejillas y su acné, Por otra parte, muchos nospercatamos de que los medios de comunicación están comprometidos con una inclinación muy desagradable: Hacer que todo ser humano tenga como su desinterés primordial a su propia mente, pero a la vez,hacerlos jadear furiosos por aquellas partes que antes se les calificaba así: ¡Miserias!
Me intriga saber por qué ese interés de los medios noticiosos por hacer de la humanidad un can en celo. Ya lodijo Nietzsche: "El gozquecillo cuando no encuentra su pedazo de carne se conforma con su pedazo de espíritu". ¿Será que aquella frase de que al pueblo "pan y circo" hoy la han cambiado por...