Los deficientes procesos de admisión a las instituciones públicas de educación superior en México.

Los deficientes procesos de admisión a las instituciones públicas de educación superior en México.

“Tan sólo por la educación el hombre puede llegar a ser hombre.
El hombre no es más que lo que la educación hace de él.”
-Immanuel Kant.

México. Un país en el que la competencia laboral es cada vez más desafiante, un territorio en el que resulta de vital importancia para los jóvenes contarcon un grado universitario; pero también un lugar en el que no existen las oportunidades adecuadas para lograr la profesionalización: cada año, en las principales universidades públicas de la nación, miles de potenciales estudiantes son rechazados, y a pesar de que la matrícula de admisión aumenta cada año, los esfuerzos son insuficientes ya que se estima que únicamente tres de cada diez jóvenesentre 19 y 23 años asisten a una institución de educación superior.1

Por lo tanto, queda constatado que el Estado es incapaz de solventar las necesidades educativas de la población, pues cuenta con un sistema de admisión que carece de criterios homogéneos para determinar quién tiene el derecho a estudiar y quién no.

Ése es el objetivo de éste ensayo: en la primera sección se analizará lainequidad en los procesos de aceptación; en la segunda se desarrollará el tema de una mala distribución de subsidios que reduce oportunidades y en la tercera se tratará el crecimiento de la brecha educativa que impide una competencia adecuada entre los aspirantes. Todo esto para concluir con la ineficacia de un examen que generalice conocimientos y aptitudes para poder ingresar a un nivel educativoavanzado.

Tomemos como punto de partida el examen de admisión: un compendio de alrededor de 120 preguntas que permite -supuestamente- la evaluación de los conocimientos adquiridos durante los tres años de bachillerato. El conflicto se suscita debido a que no todos los aspirantes presentan la prueba, ya que existen legislaciones por parte de los institutos educativos que otorgan preferencias alasignar una carrera reduciendo así el número de plazas disponibles; como ocurre en el proceso de la UNAM, el IPN o las universidades estatales, en el que los estudiantes aceptados a nivel licenciatura son egresados principalmente de sus programas de bachillerato.
Si se erradicasen criterios como el pase reglamentado2, la asignación de lugares resultaría un proceso más justo, puesto que todos seríanevaluados bajo los mismos criterios. Así se lograría un contraste substancial, ya que tan sólo en la convocatoria de Abril de 2013, de 61mil 840 aspirantes que presentaron examen, únicamente fueron aceptados 7mil 923, es decir, el 87.2% de los nuevos universitarios ingresaron por medio del pase reglamentado3.
Además, si bien los egresados de programas de bachillerato asociados a lasuniversidades públicas también tuvieron que pasar por un proceso de admisión, no es equiparable la complejidad (además de la demanda) entre ambos.

Entre otras irregularidades también puede contarse la mala distribución de los subsidios de estas instituciones, ya que muchos estudiantes que podrían contribuir con una cuota, deciden no hacerlo, mientras que otros jóvenes quedan excluidos puesto que requierende universidades prácticamente gratuitas o con facilidades a becas ya que sus recursos no permiten que exploten sus capacidades y continúen estudiando. Según la Encuesta Nacional de la Juventud 2010 el 57.2% de los jóvenes de 18 a 23 años deberían de estar cursando algún nivel educativo superior, sin embargo, la cifra en realidad es mucho menor (Apenas el 13%)4. Por esta razón, debería existir uncambio en las políticas de cobro de cuotas, ya que de esta forma se evitaría un aumento en los niveles de resentimiento social del grupo más vulnerable de la población. Sin embargo, aunque resulta prácticamente imposible determinar quiénes son merecedores de un apoyo financiero, existen estudios socioeconómicos que ayudarían a calcular adecuadamente y lograr establecer un estimado de lo que cada...