Los delfines no son tiburones

Los delfines no son tiburones

Yoss

En Timshel, 1989.

Quiero creer en la infinita bondad que se oculta en lo desconocido.

Baudelaiu

Desde los gloriosos tiempos de Colón y Magallanes, exploración es un sinónimo de aventura... y de peligro. Que puede concretarse en el ¡falló! de un aterrado ingeniero de a bordo en una nave cósmica cuando ve como elpequeño módulo de descenso en el que viajan dos de sus compañeros no logra acoplarse con la nave madre y se aleja dando tumbos en dirección desconocida.

Peligro también puede ser el frenético corretaje de dos hombres en una minúscula cabina de mando, tratando desesperadamente de que no todo vaya mal. Y cuando se está en un sistema solar 99 % virgen, cualquier lugar para posarse puede serbueno... teóricamente.

Cuando un módulo absolutamente inadecuado para un descenso atmosférico se da de bruces con una serie de capas de aire más o menos densa, sus ocupantes tienen sólo dos caminos: Primero, cerrar los ojos y rezarle a quien sea que pueda salvarlos: segundo abrirlos bien, pero que muy bien y tratar de bajar suavemente y sobre algún lugar que pueda catalogarse de blando.Y si no se logra esto y el módulo empieza a caerse en pedazos y hay un escape de combustible nuclear y te has contaminado hasta los huesos y debajo algo promisoriamente azul y tu compañero se suelta de repente del asiento de sobrecarga y todo es dar tumbos dentro de la cabina, no hay más remedio que confiar en que lo azul sea realmente agua y olvidarse de todo para tirar de la palanca de lacatapulta y soñar con que haya suficiente altura como para que se abra el paracaídas personal. Y allá va eso...

Yo tuve suerte. El paracaídas se abrió, aunque en el salto mi casco hermético se convirtió en cisco cuando un trozo de algo me golpeó en la nuca. Por suerte, le tocó romperse a la escafandra y no a mí. El aire es respirable y con un sorprendente sabor a ozono.

SPLASH.El agua es agua de veras y fría como el diablo. Además, bastante profunda.

Resumiendo, estoy hecho una sopa, sin casco, flotando en medio de un mar (o al menos eso creo) que abarca todo el horizonte... Ah, no, más o menos cerca hay algo: el módulo, flotando nadie sabe cómo ni por qué. Mejor me libro de este traje inútil y practico un poco de natación. Sí me parece estar en una prácticacorriente de amarizaje y que de un momento a otro aparecerá el helicóptero a buscarnos a mí y a Cantabria. Porque aunque todos digan lo contrario, yo siempre y creo que los demás también, pienso primero en mí y luego en los demás. Sin embargo, lo decimos al revés.

Soy cosmonauta, no puedo evitarlo: ya estoy tratando de calcular la densidad del agua por la resistencia que opone a misbrazadas. Parece un poco más densa que en la Tierra, pero no hay que confiar mucho en esta apreciación: estoy tan cansado... Creo que la dosis de radiación fue gigantesca.

Más o menos cerca. Estos metros me han costado sangre, sudor y lágrimas.

...¡Eh!, ¿qué es eso?

Antes de darme cuenta ya estoy sobre la cubierta del módulo. No, no, no es lo mismo un animal desconocido enla Tierra, en tu elemento, que en el agua, donde el hombre siempre ha sido un extraño. Y esa aleta. Si no fuera doble y esto un planeta extraño, sería la clásica situación, el náufrago en su balsa en medio del mar, rodeado de tiburones. Pero no es el caso.

Es inmenso, mucho mayor que el mayor de los tiburones. Las aletas gemelas sobresalen casi tres metros sobre la superficie y la obscuramole me ronda en círculos sin prisa. Debe tener más de cincuenta metros de longitud. ¡Lindo monstruo! Me parece ver allá en lo profundo otras sombras... sí, ahora sí estoy rodeado. Son unos diez, pero ¿qué más da? Uno basta y sobra.

Siguen girando, como si conferenciaran unos con otros para ver cómo atacarme. Pueden ser inteligentes incluso. No, nada, vuelve a quedar sólo uno que me...