Los Demasiados Libros

Hay más libros sobre libros que sobre todo lo demás, dijo Montaigne, para cambiar de tema y ensayar desde su vida personal. Lo cual también sucede en el mundo de losbibliógrafos, críticos, escoliastas, filólogos, historiadores, semiólogos, maestros, investigadores, estudiantes, bibliotecarios, editores, libreros, autores, traductores,compiladores y todos los que viven en los libros. Cuando hablan de su experiencia, como simples lectores, se animan mucho discutiendo y reflexionando sobre el mundo dellibro, más allá de cualquier especialidad. Esta animación, que explica tantas cosas, y que se debería cuidar, es decisiva para la cultura, y sin embargo no es un temacentral de los libros sobre libros. En la tradición oral, en los epistolarios, en juicios y testimonios publicados, puede haber muy clara conciencia de que tal movimientoliterario no se explica sin el animador decisivo que fue tal editor, pero no se escribirá una historia de la literatura como proceso editorial. Este libro sí toma enserio la vida de los libros como una animación que hay cuidar, con buen humor y sentido práctico. Su tema milenario (que se puede rastrear hasta Sócrates y el Eclesiastés)forma parte del folklore entre la gente de libros, pero nunca ha sido merecedor de un análisis sostenido. Por eso, cuando apareció la televisión (como hoy, que aparecela globalización digital), sin pensarlo mucho, se anunció el fin del libro, aunque se ha producido lo contrario: una explosión que ha llegado a casi un millón de títulosal año. La cuestión es central para replantearse muchas realidades culturales, sociales, económicas y operacionales del libro, en una conversación de lector a lector.