los desabitados
Fernando Durcot, de 35 años de edad, que se considera escritor, al no salir de su diletantismo intelectual, se refugia en un trozo escrito (vanidosamentetraducido al francés por un amigo) hace mucho tiempo. Asimismo, es incapaz de una comunicación más amplia y sincera con su novia, María Bacaro, enfermera diplomada, que también se debate en la soledad,tratando de convencerse de que en Durcot encontrará la tabla de su salvación, a pesar de las desventajas que percibe en esa relación. El romance que los une es frío y anodino, totalmente opuesto al dePablo y Luisa. María concibe el amor con estas palabras: “La mismo comprensión que de la salud tienen los enfermos, tengo yo del amor”.
Teresa Pardo, viuda de Sánchez, es el personaje que mejorsobrelleva el vacío de su existencia, pues al menos ha tenido un marido y un hijo –también fallecido–, cuya memoria hace más positiva su existencia, frente a la de su hermana Flor, que la envidia y odia hastael extremo de arrastrarla a compartir su muerte. Ambas hermanas caen en la tediosa rutina de los días que, en parte, es rota por la llegada de Pablo, sin que empero la presencia saludable del niño...
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