los diabolines

LOS DIABOLINES DE DOÑA CARMEN
Antes de que salga el sol, Carmen Rodríguez Tovar, se levanta con el mismo afán de todos los días. Muele el queso, lo amasa con el almidón -que le traen del pueblo de Valencia ubicado en cercanías a la Villa de San Benito Abad-, le echa los huevos, la leche y sus ingredientes secretos. Cuando la masa está lista, con su mano hace las bolitas, las introduce en loscalderos y las mete al horno.
Antes de que salga el sol, Carmen Rodríguez Tovar, se levanta con el mismo afán de todos los días. Muele el queso, lo amasa con el almidón -que le traen del pueblo de Valencia ubicado en cercanías a la Villa de San Benito Abad-, le echa los huevos, la leche y sus ingredientes secretos. Cuando la masa está lista, con su mano hace las bolitas, las introduce en loscalderos y las mete al horno.
Carmen sabe hacer diabolines con los ojos cerrados. Tiene 50 años de estar preparándolos y por eso no renuncia a madrugar todos los días para tener listas a las tres de la tarde las 80 bolsas con diabolines. Cada bolsa la vende a mil pesos.
Estos bocaditos de almidón y queso, que hace 20 años sólo se comían en Sucre, se venden hoy en cualquier esquina de Barranquilla,Cartagena, Santa Marta, o en otra ciudad de la Costa Caribe. Los de Carmen Rodríguez son famosos porque han identificado el producto hecho en Corozal y lo diferencian de los que se preparan en Betulia o en otra ciudad.
A sus 70 años, la mujer de piel trigueña y cabellos blancos, no se queda quieta hasta que termina de cocinar, tostar y rellenar.
Empezó antes de cumplir los 20 años cuando se fue aayudar a su tía Zoila Tovar, la vendedora más antigua de diabolines que se tenga conocimiento en la historia de Corozal.
Con Zoila, aprendió todos los secretos de la preparación del diabolín. Pero no se quedó ahí, incursionó en el mundo de la galleta de soda, los pastelitos, y cuanta delicia culinaria se pueda producir con el almidón, queso, leche, y huevos.
Hoy sus productos son solicitados porla mayoría de los tenderos de Sucre. Su clientela pasa las fronteras del departamento ya que los viajeros que conocen a Carmen, llegan siempre a comprarle a su casa.
Todo el día esta mujer se la pasa metiendo y sacando palanganas de su horno de barro. " Las bolitas van al horno dos veces, primero cuando está bien caliente para que se asen, eso ocurre en cuestión de 10 minutos, luego se sacan ycuando está tibio se vuelven a meter las palanganas para que se tuesten", explica.
Asegura que sus diabolines son los mejores porque los prepara con leche de cántaro, pura y no con leche de bolsa, además no están salados ni duros.
Recibe 80 mil pesos diarios -aproximadamente- por la venta de sus diabolines y el dinero lo reinvierte con más diabolines.
Es estricta, no terca, y mide cada gramo deharina de almidón, cada ingrediente, para que la receta quede perfecta. "A mí me gusta que lo que hago sea de calidad, por eso me disgusté con una amiga que una vez me dijo que no fuera tan medida, que si se me acababa la leche le echara agua", apunta.
A pesar de ser una mujer muy mayor, tampoco recibe ayuda de sus hijos para hacer sus diabolines, ella comenta que le gusta hacerlo todo sola. "Sime quedo un día sin hacer nada me aburro mucho".
El horno de barro que Carmen Rodríguez utiliza desde hace 50 años, sólo ha sido reparado en dos o tres ocasiones, su resistencia es tan grande como la de su dueña, que camina y habla con la vitalidad de un joven.
Los diabolines se asan y se tuestan con madera seca que Carmen quema en el horno de barro. En un día puede quemar hasta 50 palos.
Consu dinero ella dispone libremente porque sus hijos Palmiro, Tania y Rosita, son profesionales y cada uno trabaja en lo suyo. "Solo alcahueteo a mis nietos, ayudándolos cuando me lo piden y hasta ahora sólo le he pagado la universidad a la mayor de mis nietas, Kelly Paternina, quien estudió en Cartagena Administración de Empresas".
La mística con que esta mujer trabaja y vive día a día, la hacen...