Los Diez Mandamientos
una invitacion y una promesa
UNA INVITACIÓN
Y UNA PROMESA
ómo dibujaría usted la cara del mundo? Si tratara de expresar la condición del planeta a
través de una caricatura, ¿qué rostro le pondría? ¿uno de angustia? ¿de enojo? ¿o le
pintaría una gran sonrisa?
Estábamos reunidos en el hogar de unos amigos en Costa Rica cuando les hice esta
pregunta.
—Pues, —empezó a decir Juan Francisco— yo creo que...
Pero sus palabras fueron interrumpidas y nunca terminó de darnos su punto de vista,
porque en ese instante empezamos a escuchar algo que detuvo abruptamente la conversación.
La casita de nuestros amigos se encontraba en medio de una larga hilera de viviendas
similares, todas hechas de madera. Cada casa compartía sus paredes con la casa contigua, de
modo que se escuchaba prácticamente lo que acontecía en el hogar de los vecinos.
Y en ese preciso instante, mientras considerábamos la pregunta acerca de la condición
del mundo, llegó el vecino a su casa. Entró vociferando y llamando a su mujer. Evidentemente estaba ebrio, y su voz se alzaba más y más mientras le exigía algo —ya no recuerdo qué era—,
pero fue algo que ella no tenía para darle. Y como no se lo dio al instante, empezó a golpearla.
Alarmados, escuchamos mientras aquel hombre gritaba: —Te voy a enseñar que a mí me
tienes que respetar. ¡Vas a saber quién soy yo!
Por encima del ruido de golpes y gritos, se escuchaba la voz de un niño que suplicaba
llorando: —No, papi! ¡Noooo! No le pegues a mi mamá. Por favor, por favor, papi. ¡Ya no le
pegues!
No dudo que usted está leyendo estas palabras en un ambiente tranquilo, alejado por
completo de semejantes escenas. ¿Alguien está gritándole o amenazando con darle de golpes?
¿Verdad que no? Entonces, ¿cómo dibujaría la cara del mundo? Con una sonrisa, ¿no es cierto? Inclusive, puede estar pensando que la escena de maltrato que presenciamos esa noche
fue algo excepcional. O que cosas así pueden ocurrir, pero solo en lugares extraños y muy lejos
de aquí. Dije que esto sucedió en Costa Rica, así que está bien, sobre todo si usted vive en otro
país, porque cosas así siempre suceden muy lejos de aquí, ¿no es cierto? ¿Tiene alguna idea de cuántas mujeres están siendo golpeadas por sus maridos en este mismo instante? En los Estados
Unidos sucede un caso cada 15 segundos. ¿Con qué frecuencia cree usted que sucede en el resto
del mundo?
Por supuesto, el abuso familiar no es la única característica que podríamos tomar en
cuenta para evaluar la situación del mundo. ¿Qué opina en cuanto al hambre? ¿Cuántas personas se encuentran hurgando en algún basurero público hoy, esperando hallar unas migajas
para aplacar los clamores de su estómago? ¿Sabe cuál es la causa número uno de muerte entre
niños menores de seis años en el mundo entero? Es e1 hambre, la desnutrición. Dice la OMS
[Organizaci6n Mundial de la Salud] que cada año mueren cinco millones de personas por esta causa. Esto equivale a 13.700 cada día. En solo 17 días las pérdidas alcanzan un número mayor
que el de todos los que murieron en el terrible tsunami de 2004.
¿C
2
LOS DIEZ MANDAMIENTOS
una invitacion y una promesa
Otro ejemplo: ¿cuántas personas huyen en este momento sin rumbo y sin esperanza
porque la guerra y la violencia han destruido sus tierras? La Oficina de Refugiados de la ONU
dice que tiene 20 millones bajo su cuidado.
Y hablando de niños, ¿cuántos duermen cada noche en las calles de nuestras grandes
ciudades sin más colchón que el frío concreto? Nadie sabe con seguridad, pero Unicef calcula
que son por lo menos 60 millones y que muchos de ellos llegarán a ser víctimas de abuso,
adicciones y enfermedades venéreas, y caerán en la delincuencia. ...
Regístrate para leer el documento completo.