Los dos rostros de la sociedad salvadoreña
(De la esperanza inicial a las responsabilidades compartidas)
"Enemigo de la guerra y su reverso, la medalla,
no propuse otra batalla que librar al corazón
de ponerse cuerpo a tierra, bajo el paso de una historia
que iba alzar hasta la gloria el poder de la razón.
Y ahora que ya no hay trincheras, el combate es la escalera;
y el que trepe a lo másalto pondrá a salvo su cabeza,
aunque se hunda en el asfalto la belleza...
Míralos como reptiles al acecho de su presa,
negociando en cada mesa maquillajes de ocasión,
siguen todos los raíles que conduzcan a la jungla,
locos porque nos deslumbre su parásita ambición.
Antes iban de profetas y ahora el éxito es su meta;
mercaderes traficantes, más que nauseas dan tristeza;
no rozaron ni uninstante la belleza...”
("LA BELLEZA", Luis Eduardo Aute)
Introducción
Hablar del cumplimiento de los acuerdos de paz en El Salvador exige (sin excusas( referirse tanto a las causas que generaron el conflicto armado y a sus consecuencias, como a la etapa de posguerra y a la situación actual del país. Para que el balance no sea un mero recuento de hechos o una valoración conceptual sin másde los cambios que hayan podido ocurrir, es imperativo hacer una observación objetiva de lo acontecido; tal estimación debe reflejar los avances reales producidos a lo largo de la década examinada y, al mismo tiempo, plantear los grandes desafíos en el presente, de cara al futuro que se debe construir. Todo ello, teniendo como guía básica el texto constitucional que (en su segundo artículo(establece el derecho de todas las personas “a la vida, a la integridad física y moral, a la libertad, a la seguridad, al trabajo, a la propiedad y posesión, y a ser protegidas en la conservación y defensa de los mismos”.
Esas premisas son las que se deben utilizar al momento de revisar, con honestidad, cuánto se alcanzó de los objetivos básicos establecidos hace más de una década y cuánto falta porlograr de ellos. Sólo así se podrán definir los nuevos compromisos de todas y todos, si de verdad se quiere asegurar la irreversibilidad de lo poco o mucho que hasta ahora se ha logrado en la edificación de una sociedad en paz, por estar basada en una convivencia justa y democrática.
Desde tal perspectiva, lo esencial para conferirle validez al análisis es la adhesión explícita a un ideal de Nacióndeseable y posible. Un ideal de Nación que, al plantearse para su realización, permita establecer qué tanto prevalece hoy el imperio de la razón sobre la fuerza y qué tan sólidas se encuentran las bases para potenciar el desarrollo de toda la sociedad salvadoreña. Un ideal de Nación que (en el camino para alcanzarlo( admita medir y verificar los progresos en la construcción de un verdadero Estadode Derecho, a partir de las indiscutibles transformaciones sociales que produzca y la mejor calidad de vida que genere para toda su población, privilegiando en el esfuerzo a los sectores más desfavorecidos y vulnerables de ésta.
Si eso ocurre, el proceso estará yendo por buen camino y tendrá enormes posibilidades de éxito en sus distintas dimensiones; si, por el contrario, existe exclusión yésta afecta a la mayoría de la gente, hace falta identificar lo que debe ser ajustado y ajustarlo de verdad para garantizar así (de una vez por todas( la gobernabilidad y la sostenibilidad del país. Desde la óptica de los derechos humanos, esas condiciones son las que deberán prevalecer para dar por cumplidos los acuerdos de paz.
Ahí se encuentra lo central de la presente reflexión: el enfoque delos hechos y las proyecciones, desde y hacia la mayoría de la población salvadoreña. Pese a que no es un todo homogéneo (pues se expresa con una diversidad de características( ese gran conjunto de seres humanos tiene en común el constituirse como la razón de ser del Estado, de sus instituciones y de sus normas, en la medida que se considere en serio el primer artículo constitucional que a la...
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