Los dueños del mundo
"CASI" LA VERDAD
E
ste libro habla de mi vida y de
la vida de mis amigos, cuando
éramos chicos y vivíamos en
Castelar, en los años que siguieron
al Mundial de Fútbol de 1978.
Sin embargo, este libro no dice
la verdad. Y no dice la verdad por
varios motivos. Primero, no creo
que uno pueda encontrar la verdad,
si es que existe, en las páginas de
un libro común ycorriente como
este. Un libro que habla, apenas, de
algo tan doméstico e intrascendente
como una vida suburbana.
Segundo, nuestros recuerdos
siempre son un invento, una ficción,
un relato que nos hacemos a
nosotros
mismos.
Nuestros
recuerdos son un cuento que nos
contamos. Y en los cuentos la
realidad tiene, sí o sí, que
abandonar sus certezas y sus
exactitudes.
Tercero, a losescritores nos
gusta contar historias, y aunque nos
propongamos mantener los pies
sujetos a la tierra y las palabras
atadas a los hechos, tarde o
temprano sucumbimos al deseo de
que lo que contamos tenga cierta
belleza. Y la belleza exige atajos,
trampas,
exageraciones
u
ocultamientos.
Cuarto, yo no sé si este libro, en
una de esas, puede terminar
cayendo en las manos de quienesprotagonizaron, junto a mí, estas
historias. Y si sucede semejante
cosa, puede ser que los chicos y
chicas que se criaron conmigo no
quieran que esas historias salgan a
la luz. Y están en todo su derecho.
Aunque yo haya crecido –mis
enemigos dirán que, en realidad, he
envejecido–, conservo la fe en
ciertos principios inquebrantables.
De manera que jamás me
convertiría, por simple placer, enun delator, en un buchón, en un
cobarde que manda al frente a sus
amigos.
Abuelita Nelly, que vivió 103
años, me enseñó muchísimos
refranes. Y uno de ellos enseña que
“se dice el pecado, pero no el
pecador”. Nada más cierto. Yo no
voy a delatar aquí a ninguno de los
pecadores que pecaron conmigo. Sí
voy a contar nuestros pecados.
Nuestras maldades y nuestras
hazañas. Me regodearé connuestras
victorias. Confesaré, hasta con
cierto orgullo resentido, algunas de
nuestras derrotas. Pero conservaré
el secreto de quién fue quién, en ese
pasado que compartimos. Haré un
revoltijo
de
nombres,
una
mezcolanza, para que nadie sepa
del todo a quién le tocó qué papel,
en esa vida que tuvimos.
Sin embargo, casi todo lo que se
cuenta en este libro es verdad. Pero
es ese“casi” el que lo cambia todo.
“Casi” todo es verdad y, por eso, lo
que hicimos se mezcla con lo que
pudimos haber hecho, con lo que
nos faltó hacer porque no nos
animamos, con lo que merecimos
haber hecho pero la vida, que
muchas veces es injusta, nos privó
de hacer. Casi todo es verdad y, por
eso, nadie salvo nosotros mismos
puede
saber
dónde
están
exactamente sembradas las mentirasque están ahí, entre otras cosas,
precisamente para que nadie pueda
seguirnos del todo el rastro.
Así, mis amigos y yo estaremos a
salvo. Ningún vecino podrá venir a
reclamarnos por nuestras antiguas
fechorías. Ningún antiguo rival
podrá exigirnos explicaciones. Y
nuestro pasado podrá soltarse y
correr por las veredas, esas mismas
veredas en las que corrió y jugó
nuestra niñez.PELOTAS PERDIDAS
E
l peor árbol que existe, para
que te crezca en un campito, es
una palmera. Lo digo así de claro y
contundente. Es un axioma. Un
principio indiscutible. Puede ser
que, además de ser indiscutible, sea
un principio inútil. Uno de esos
conocimientos que no sirven para
nada. Y eso, por muchas razones:
por empezar, porque es probable
que para cualquiera que tengamenos de treinta años la palabra
“campito” no signifique nada. Y no
signifique nada, precisamente,
porque
los
campitos
están
virtualmente extinguidos, como el
asno salvaje sirio o el leopardo de
Zanzíbar (antes de seguir adelante
aclaro que los ejemplos que acabo
de anotar los sé por internet, y no
porque
sea
especialista
en
zoología).
En mi niñez existían, en los
barrios,...
Regístrate para leer el documento completo.