Los esclavos de Franco

RAFAEL TORRES

Rafael Torres en esta obra nos introduce al durísimo mundo de los trabajos forzosos que
tuvieron que realizar todos los disidentes políticos. El organismo clave en este mundo será
el Patronato de Redención de Penas por el Trabajo que dependía del Ministerio de Justicia.
El autor nos lleva al conocimiento de un sistema bifronte: por un lado el armazón
propagandístico que labondad y magnanimidad del franquismo al ofrecer la
posibilidad de una reducción de condena mediante un trabajo duro, difícil y prácticamente
gratis con lo que ayudar a las familias, y por otro lado, la palpable y realista necesidad del
Estado por aligerar unas cárceles que se habían esforzado y concienciado por llenar. A esta
situación hay que incluir que el recluso solía ser usado con finespropagandísticos y
abrumados ideológicamente.
El libro nos muestra un mundo muy duro y oscuro del que casi nunca se habla, pues la
mayoría de las penas que pesaban sobre gran parte de los presos eran debidas a la lealtad
por el régimen políticamente legítimo y democráticamente constituido, por lo que pagaban
con el sufrimiento y la miseria familiar.
La cárcel no solo era sinónimo de falta delibertad, sino que suponía insalubridad y hambre,
lo que producía una caída en el sistema inmunológico que dejaba abierta la puerta para el
tifus, la tuberculosis o la silicosis (a raíz de los trabajos con el sílice) y las vejaciones
constantes mediante el adoctrinamiento forzoso.
Las coacciones y arbitrariedades eran de tal cantidad y tan aleatorias que según el autor,
sólo las conviccionesmorales y políticas fuertes podían impedir que los presos se
convirtieran en , despojos humanos, apenas sombras de los hombres que
fueron, tal y como el autor expone en la primera parte del libro: en el capítulo de la página 68, El pájaro de la celda 303, que despliega como en
medio del sufrimiento la poesía y los relatos son un escape para el preso y, en este caso
como una importante fuentede información.
Los presos eran personas que ya habían evitado la muerte y que .
Evidentemente el régimen no iba a hacer el esfuerzo de reconocer a su enemigo y darle una
diferencia, para ellos eran todos , socialistas, republicanos, comunistas. Y, a
pesar de que el franquismo era muy clasistas, en la cárcel estaban todos juntos, agricultores,
jornaleros, artistas, alcaldes, diputados, puestodos eran rojos. Sobre estas penurias se habla
en el capítulo posterior, , página 73.
Me gustaría resaltar que, al igual que comenta Mirta Núñez Díaz-Balart, Profesora Titular
del Departamento de Historia de la Comunicación Social en la Facultad de Ciencias de la
Información de la Universidad Complutense de Madrid e su prólogo, uno de los mejores
hitos del libro, un hecho loable del autor,fue el de devolverle a esos presos su voz, tanto los

muertos como los pocos vivos que quedan, que se hayan atrevido a romper las fronteras del
miedo a los que el régimen los había enterrado.
A demás, con tanta variedad de presos, resulta que los franquistas tenían mano de obra
cualificada que podía resultar útil para construir el Estado. Allí donde los trabajadores
no querían o no podían ira trabajar, había cientos de personas que abarrotaban
las cárceles, tenías cientos de miles de enemigos que había que procesar y depurar mediante
dogma y maltrato. La posibilidad de salir de las condiciones que había en la cárcel,
francamente infrahumanas que se describen en el capítulo , le hacía soportar otras, como las que describe el capítulo , dedicado al Valle de los Caídos.
Otro de losgrandes méritos de este libro es el de ser una de las primeras monografías en
España que se atreve a denunciar y hablar dos cosas, la primera: en España también hubo
trabajos forzados, la segunda: en España no se habla, el Estado no quiere que se hable.
Mientras que por Europa los gobiernos reparten indemnizaciones y reconocen las penurias
de sus compatriotas, en España no dedicamos a...