LOS GALLINAZOS SIN PLUMAS
Don Santos se levanta temprano y llama a Efraín y Enrique para que traigan la comida para el cerdo hambriento del Pascual. Los niños se despiertan y salen corriendo a la acequia del corralón. Después de lavarse la cara, agarra cada uno su lata vacía y salen a la calle. En el camino se detienen, subiéndose a los árboles para arrancar y comer moras o recogiendopiedras. Cuando terminan de jugar, se dirigen con sus cubos vacíos a una larga calle miraflorina donde hay casas elegantes. Los dos muchachos, después de un breve descanso, comienzan su faena. Cada niño elige una acera de la larga calle, donde los cubos de basura se encuentran alienados delante de las puertas. Efraín y Enrique voltean los cubos de basura y empiezan a realizar una exploraciónminuciosa, encontrando una serie de cosas como algodones usados, latas de sardinas, pericotes muertos, pedazos de pan. A ellos les interesa solamente los alimentos descompuestos. Las latas vacías se van llenando de tomates podridos, pedazos de sebo y verduras en descomposición. Después de una rigurosa selección, los niños regresan la basura al cubo y de inmediato se lanzan sobre el siguiente cubo. Alfinalizar la faena diaria, Efraín y Enrique regresan al corralón llevando los alimentos para Pascual. Cuando la provisión de alimentos era buena, el abuelo se alegraba; pero cuando la ración alimenticia para el hambriento porcino era pobre, el perverso anciano insultaba y maltrataba a sus nietos.
El chancho Pascual, al empezar el invierno, se transformaba en una especie de monstruo insaciable.El perverso abuelo estaba muy preocupado por su animal hambriento. Entonces, le hacía levantar más temprano a sus pequeños nietos para que fueran al muladar que se hallaba al borde del mar. "Allí encontrarán más cosas. Será más fácil además porque todo está junto", les decía. Un día domingo, Efraín y Enrique después de realizar una complicada faena, regresaron a la casa de don Santos con loscubos llenos de alimentos podridos. El abuelo lleno de contentura alabó el gran trabajo que hicieron sus nietos y les dijo "Habrá que repetir esto dos o tres veces por semana". Un día, Efraín cuando caminaba en el muladar regresando a casa, pisó un vidrio haciéndose una pequeña herida en la planta del pie. Al siguiente día, el niño Efraín tenía el pie inflamado; pero así continuó con su faena diaria.Al regresar al corralón con su hermano Enrique ya no podía andar. El abuelo no se dio cuenta de que su nieto tenía el pie hinchado porque estaba negociando la venta del cerdo con un hombre gordo. Dentro de veinte o treinta días regresaría el hombre para comprar al marrano, pero éste debería estar bien gordo. Este compromiso comercial le puso nervioso e irritable al viejo ambicioso. Entonces,dijo a sus nietos que tenían que trabajar mucho para aumentar la ración alimenticia de Pascual. A la mañana siguiente, Efraín no pudo levantarse porque tenía el pie infectado; pero el abuelo después de examinarlo le dijo fríamente que se lave el pie en la acequia y que se envuelva con trapo. Don Santos se quejó de que era un pobre viejo inválido con setenta años y que todavía trabajaba. Entonces,Efraín salió con su lata vacía apoyado en el hombro de Enrique. Media hora después regresaron con las latas casi vacías. Enrique le dijo muy preocupado a su abuelo que su hermano no podía andar porque se encontraba medio cojo. El viejo completamente fuera de sí, lo llevó a su cuarto y le dijo "¡Los enfermos a la cama! ¡A podrise en el colchón!". Enrique tuvo que la hacer la faena diaria de suhermanito y salió a la calle dos latas vacías. Cerca del mediodía regresó con las dos latas llenas de alimentos descompuestos para Pascual y también trajo del muladar un perro escuálido y casi sarnoso que le puso el nombre de Pedro. Don Santos al ver el animal en su casa quiso botarlo a la calle; Enrique le amenazó diciéndole que si él se va yo también me voy. El abuelo se detuvo y Enrique...
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