los girasoles ciegos

Páginas: 154 (38326 palabras) Publicado: 27 de abril de 2013
Primera derrota: 1939
o Si el corazón pensara dejaría de latir
Ahora sabemos que el capitán Alegría eligió su propia muerte a ciegas, sin mirar
el rostro furibundo del futuro que aguarda a las vidas trazadas al contrario. Eligió
entremorir sin pasiones ni aspavientos, sin levantar la voz más allá del momento en que
cruzó el campo de batalla, con las manos levantadas lo necesario para noparecer
implorante y, ante un enemigo incrédulo, gritar una y otra vez «¡Soy un rendido!».
Bajo un aire tibio, transparente como un aroma, Madrid nocheaba en un silencio
melancólico alterado sólo por el estallido apagado de los obuses cayendo sobre la
ciudad con una cadencia litúrgica, no bélica. «Soy un rendido.» Durante dos o tres
noches, nos consta, el capitán Alegría estuvo definiendoeste momento. Es probable que
se negara a decir «me rindo» porque esa frase respondería a algo congelado en un
instante cuando la verdad es que él se había ido rindiendo poco a poco. Primero se
rindió, después se entregó al enemigo. Cuando tuvo oportunidad de hablar de ello,
definió su gesto como una victoria al revés. «Aunque todas las guerras se pagan con los
muertos, hace tiempo queluchamos por usura. Tendremos que elegir entre ganar una guerra o
conquistar un cementerio», concluía en una carta que escribió a su novia Inés en enero de
1938. Ahora sabemos que él, sin saberlo, había rechazado de antemano ambas opciones.
Sabiendo ahora lo que sabemos de Carlos Alegría, podemos afirmar que durante
el tránsito entre las dos trincheras sólo escuchó el alboroto de supánico. Todos los
ruidos, todas las explosiones, todos los gritos, fueron absorbidos por el silencio de la
noche. Madrid estaba al fondo como un escenario, salpicando la tibieza del aire con los
perfiles de una ciudad apagada que la luna dibujaba a su pesar. Madrid se agazapaba.
Así comenzó la derrota del capitán Alegría. Durante tres largos años había
observado a ese enemigo desarrapado ypaisano, resignado a que otro ejército, el suyo,
anonadara esa ciudad inmóvil, silenciosa, que había trazado sus límites al azar, tras unas
trincheras desde las que hacía tiempo nadie esperaba un ataque.
«La violencia y el dolor, la rabia y la debilidad, se amalgaman con el tiempo en una
religión de supervivencias, en un ritual de esperas donde entonan la misma salmodia el que
mata y el quemuere, la víctima y su verdugo; ya sólo se habla la lengua de la espada o el
idioma de la herida», escribió Alegría a su profesor de Derecho Natural en Salamanca dos
meses antes de rendirse al enemigo.
Tres años dedicado a la intendencia con el rigor maniático del agrimensor, con la
intransigencia del hijo único, para que nadie obtuviera un proyectil sin la orden
oportuna ni a nadie lefaltara el rancho para seguir combatiendo. Fueron también tres
años escrutando la derrota con los prismáticos verdosos que su centro de Intendencia
distribuía regularmente entre los estrategas de la guerra, entre los observadores del
combate, entre los curiosos de la muerte. Los horrores que no vio se los habían contado.
Desde su adarve, observaba al enemigo, le veía ir y venir de la oficinaal frente,
del frente al taller, del ejército a la familia, de la rutina a la muerte. Al principio pensó
que era un ejército sin alma de ejército y que por ello debería ser vencido. Con el
tiempo, llegó a la conclusión -y así lo reflejó en sus cartas- de que era un ejército civil,
«que es lo mismo que ser un ave subterránea o una alimaña angélica». Finalmente,
viéndoles guerrear comoquien ayuda al vecino a cuidar a un familiar enfermo, la idea
de que eran hombres nacidos para la derrota convirtió a aquellos milicianos en un
inventario de cadáveres. Siempre lleva las de perder el que más muertos sepulta.
La primera vez que el capitán Alegría estuvo cerca del riesgo fue, precisamente, 4
el día que comienza esta historia. Su decisión no fue la de unirse al enemigo sino...
Leer documento completo

Regístrate para leer el documento completo.

Estos documentos también te pueden resultar útiles

  • Los Girasoles Ciegos
  • Los girasoles ciegos
  • LOS GIRASOLES CIEGOS
  • Los Girasoles Ciegos
  • LOS GIRASOLES CIEGOS
  • Los girasoles ciegos
  • Girasoles Ciegos
  • Los Girasoles Ciegos

Conviértase en miembro formal de Buenas Tareas

INSCRÍBETE - ES GRATIS