Los gnosticos
escrito por Serge Hutin |
Al principio de su voluminoso libro contra las herejías san Epifanio (muerto en 403) transcribe una lista impresionante - y, sin embargo, incompleta, según lo aclara él mismo - de sectas temibles que amenazan la unidad de la Iglesia: los simonianos, los menandrianos, los saturnilitas, los basilidianos, los nicolaítas, los estratióticos,los fibionitas, los zaqueos, los borboritas, los barbelitas, los carpocracianos, los cerintianos, los nazarenos, los valentinianos, los ptolomeanos, los marcosianos, los ofitas, los cainitas, los setianos, los arcónticos, los cerdonianos, los marcionitas, los apellianos, los encratitas, los adamitas, los melquisedecianos.... (y no reproducimos en forma completa esta enumeración interminable). Entodos los Padres de la Iglesia que combatieron a los gnósticos (gnostikói), falsos cristianos que pretendían poseer un conocimiento (gnosis) maravilloso, hallamos el mismo cuadro: el de movimientos heréticos que se diversifican, ramificándose al infinito como hongos venenosos, en innumerables sectas y subsectas. San Ireneo (obispo de Lyon a partir de 177) observa, refiriéndose a los valentinianos,que hasta es "imposible encontrar a dos o tres que digan lo mismo acerca del mismo tema; se contradicen de manera absoluta, tanto en lo que se refiere a las palabras como en lo referente a las cosas".Muchos historiadores consideran también al gnosticismo como un monumento de fantasías extravagantes, de incoherencias, de mitos extraños, de fantasmagorías desprovistas de todo interés filosófico, y queen difinitiva no constituyen más que una rama particularmente degenerada del inquietante sincretismo religioso de los siglos primero y segundo de nuestra era.Aunque el punto de vista de los Padres de la Iglesia se halla aún muy extendido, el gnosticismo adquiere un carácter por completo distinto en los "ocultistas" y "teósofos" contemporáneos: en lugar de herejes perversos y delirantes,encontramos hombres poseedores de iniciaciones prestigiosas, iniciados en los misterios orientales, dueños de conocimientos ocultos ignorados por el común de los mortales y transmitidos secretamente a un número limitado de "maestros"; la gnosis es el conocimiento total, inconmensurablemente superior a la fe y a la razón. El gnosticismo estará unido entonces a la sabiduría primordial original, fuente de lasdiversas religiones particulares.El historiador de las religiones se mantiene cuidadosamente alejado de los preceptos dogmáticos o racionales: su ambición no es refutar - o probar - el gnosticismo, sino estudiar el origen y el desarrollo de las diversas formas históricas de la gnosis.La extrema diversidad de las especulaciones gnósticas es innegable: "Sería más exacto hablar de gnosticismos quedel gnosticismo". La misma diversidad existe en el dominio del culto y de los ritos, donde las tendencias más ascéticas se oponen a las prácticas más innombrables: en los "misterios" y las iniciaciones de los gnósticos se vuelven a encontrar los dos polos extremos del misticismo.Es fácil descubrir, sin embargo, un innegable "aire de familia" entre los diversos gnosticismos, a pesar de las múltiplesdivergencias y oposiciones que ellos manifiestan.Sea cual fuere el grado de atomización de sectas y escuelas ( menos desmesurado, por otra parte, de lo que afirman los heresiólogos, quienes parece haber separado artificialmente ramas de un mismo grupo, y hasta grados de iniciación sucesivos ), y aun considerando que en la mayoría de los casos el epíteto gnostikói no es usado por los herejesmismos, no es de ningún modo arbitrario calificar de gnósticas a las ideas o sistemas que presentan las mismas tendencias caracterísiticas. Los historiadores modernos -yendo en esto más lejos que los heresiólogos- no han dudado en generalizar el concepto de gnosis fuera del ámbito del cristianismo.El estudio científico del gnosticismo cristiano tuvo sus pioneros: Chifflet, en el siglo XVII; de...
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