Los Hijos de Sanchez
Este libro trata de una familia pobre de la ciudad de México: Jesús Sánchez, el padre, de cincuenta años de edad, y sus cuatro hijos: Manuel, de treinta y dos años; Roberto, de veintinueve; Consuelo, de veintisiete; y Marta, de veinticinco.
Me propongo ofrecer al lector una visión desde adentro de la vida familiar, y de lo que significa crecer en un hogar de una sola habitación,en uno de los barrios bajos ubicados en el centro de una gran ciudad latinoamericana que atraviesa por un proceso de rápido cambio social y económico.
En el siglo XIX, cuando las ciencias sociales todavía estaban en su infancia, el trabajo de registrar los efectos del proceso de la industrialización y la urbanización sobre la vida personal y familiar quedó a cargo de novelistas,
dramaturgos,periodistas y reformadores sociales.
En la actualidad, un proceso similar de cambio cultural tiene lugar entre los pueblos de los países menos desarrollados, pero no encontramos
ninguna efusión comparable de una literatura universal que nos ayudaría a mejorar nuestra comprensión del proceso y de la gente. Y, sin embargo, la necesidad de tal comprensión nunca ha sido más urgente, ahora que los paísesmenos desarrollados se han convertido en una fuerza principal en el escenario mundial.
En el caso de las nuevas naciones africanas que surgen de una tradición tribal y cultural no literaria, la escasez de una gran literatura nativa sobre la clase baja no es sorprendente. En México y en otros países latinoamericanos donde ha
existido una clase media de la cual surgen la mayor parte de losescritores, esta clase ha sido muy reducida. Además, la naturaleza jerárquica de la sociedad mexicana ha inhibido cualquier comunicación profunda a través de las líneas de
clase. Otro factor más en el caso de México ha sido la preocupación, tanto de escritores como de antropólogos, con su problema indígena, en detrimento de los habitantes pobres de las ciudades.
Esta situación presenta unaoportunidad única para las ciencias sociales y particularmente para la antropología de salvar la brecha y desarrollar una
literatura propia. Los sociólogos, que han sido los primeros en estudiar los barrios bajos urbanos, ahora concentran su atención en los suburbios,
pero descuidando relativamente a los pobres. En la actualidad, aun la mayor parte de los novelistas están tan ocupados sondeando el alma dela clase
media que han perdido el contacto con los problemas de la pobreza y con las realidades de un mundo que cambia. Como ha dicho recientemente C. P. Snow: «A veces temo que la gente de los países ricos haya olvidado a tal punto lo que quiere decir ser pobre que ya no podemos sentir o conversar con los menos afortunados. Debemos aprender a hacerlo.» Son los antropólogos, por tradición losvoceros de los pueblos primitivos en los rincones remotos del mundo, quienes cada vez más dedican sus energías a las grandes masas campesinas y urbanas de los países menos desarrollados. Estas masas son
todavía desesperadamente pobres a pesar del progreso social y económico del mundo en el siglo pasado. Más de mil millones de personas en setenta y cinco naciones de Asia, África, América Latina yCercano Oriente tienen un ingreso promedio por persona de menos de doscientos dólares anuales, en comparación con los más de dos mil dólares, que privan en los Estados Unidos. El antropólogo que estudia el modo de vida en estos países ha llegado a ser, en efecto, el estudiante y el vocero de lo que llamo cultura de la pobreza.
Para los que piensan que los pobres no tienen cultura, el concepto deuna cultura de la pobreza puede parecer una contradicción. Ello parecería dar
a la pobreza una cierta dignidad y una cierta posición. Mi intención no es ésa. En el uso antropológico el término cultura supone, esencialmente, un patrón de vida que pasa de generación en generación. Al aplicar este concepto de cultura a la comprensión de la pobreza, quiero atraer la atención hacia el hecho de que la...
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