los hijos del capitán graham
Julio Verne
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Los hijos del Capitán Grant en la Amércia del Sur
Julio Verne
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INDICE
Capítulo 1
Un tiburón
Capítulo 2
Los tres documentos
Capítulo 3
El castillo de Malcolm
Capítulo 4
Una propuesta de Lady Glenarvan
Capítulo 5
La partida del Duncan
Capítulo 6El pasajero del camarote número 6
Capítulo 7
De dónde viene y adónde va Santiago Paganel
Capítulo 8
Otra buena persona a bordo del Duncan
Capítulo 9
El estrecho de Magallanes
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Los hijos del Capitán Grant en la Amércia del Sur
Julio Verne
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Capítulo 10
El paralelo 37º
Capítulo 11
Travesía de Chile
Capítulo 12
A setecientos metros dealtura
Capítulo 13
Descenso de la cordillera
Capítulo 14
Un tiro salvador
Capítulo 15
El español de Santiago Paganel
Capítulo 16
El río Colorado
Capítulo 17
Las pampas
Capítulo 18
En busca de agua
Capítulo 19
Los lobos rojos
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Julio Verne
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Capítulo 20
Las llanuras argentinas
Capítulo21
El Fuerte Independencia
Capítulo 22
La inundación
Capítulo 23
Vida de pájaros
Capítulo 24
Siguen haciendo vida de pájaros
Capítulo 25
Entre el fuego y el agua
Capítulo 26
El Atlántico
Glosario
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CAPITULO 1
UN TIBURON
EL 26 de julio de 1864, un hermoso yate, el Duncan,avanzaba a todo vapor por el canal del
Norte; un fresco viento del noroeste favorecía su marcha. En el tope del trinquete* flameaba la
bandera de Inglaterra y un poco más atrás, sobre el palo mayor, se agitaba un gallardete azul que
mostraba una dorada corona ducal y las iniciales E.G.
Lord Glenarvan, uno de los dieciséis pares escoceses de la cámara alta y el socio más
distinguido del RoyalThames Yacht Club, propietario del Duncan, se hallaba a bordo junto a su
joven esposa, lady Elena, y su primo, el mayor Mac-Nabbs.
El Duncan realizaba su primer viaje de prueba por las aguas próximas al golfo de Clyde*,
cuando ya maniobraba para regresar a Glasgow* el vigía señaló un enorme pez que seguía el
curso del buque. Esta novedad fue comunicada por el capitán, John Mangles, a lordEdward,
quien subió a cubierta en compañía de su primo para enterarse mejor de lo que ocurría.
El capitán opinó, ante la sorpresa del lord, que podía tratarse de un tiburón, posiblemente de
la variedad martillo, que suele aparecer por todos los mares.
Inmediatamente le propuso una original pesca para confirmar su opinión y disminuir, si lo
lograba, el número de estos terribles animales.
LordGlenarvan aceptó la propuesta y mandó avisar a lady Elena que también subió a
cubierta ansiosa de ser testigo de aquella extraña pesca.
El mar estaba magnífico y fácilmente se podía seguir con la vista los rápidos movimientos
del escualo que con sorprendente vigor se sumergía y subía a la superficie. El capitán Mangles
dirigía la operación; los marineros echaron por la borda una línea compuestapor una gruesa
cuerda en cuyo extremo ataron fuertemente un gran anzuelo que cebaron con un enorme trozo de
tocino. El tiburón, aunque se hallaba a una distancia de casi cincuenta metros, oyó el golpe, olió
el cebo que se le ofrecía y se acercó velozmente al yate. Su aleta dorsal aparecía sobre la
superficie del agua como si fuera una vela, mientras sus otras aletas, negras en su base ycenicientas en la punta, se agitaban violentamente entre las olas y lo hacían avanzar en una línea
perfectamente recta. A medida que se acercaba el tocino, sus grandes ojos parecían inflamados
por el deseo, sus mandíbulas abiertas dejaban ver una cuádruple hilera de dientes triangulares
como los de una sierra. Su ancha cabeza parecía un martillo apoyado en el extremo de un mango.
Al aproximarse,...
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