Los juegos del hambre sinsajo
En el último patio de la casa viven los hijos de Sánchez. El portero, hombre rudo y escuetamente servicial, a quien llamamos Lencho, los mantiene encerrados tras invencibles cerrojos y candados. Una vez al año los suelta y les permite que vaguen en libertad por todas las viviendas. Luego, al caer la tarde, los congrega en el arranque de la torcidaescalera de fierro y los vuelve a conducir a su encierro en el patio trasero, del que no volverán a salir hasta que haya pasado un año.
No son muchos, pero sí suficientes para que toda la hiel acumulada por los inquilinos en doce meses se vuelque sobre ellos en unas cuantas horas. Los hay de toda especie y que a voluntad de los inquilinos convocan simultánea o sucesivamente la más variada gama desentimientos nefandos entre quienes durante este día y según los términos del contrato de arrendamiento, son absolutamente libres de perpetrar cualquier infamia en ellos.
Confluyen durante las horas diurnas del festival las corrientes más encontradas y, sin embargo, más correlativas, del odio acumulado y en tantas formas como habitantes tiene la vecindad, que no quedan insatisfechas ni las aguzadasespecialidades del Comandante ni las minuciosas generalizaciones de la señora Pérez Goodrich que vive en el 6 y de sus hijas Claudia, Patricia, Alejandra y Marcela que son particularmente sensibles –Alejandra Pérez Goodrich especialmente– a la destreza con que algunos de los hijos de Sánchez saben despertar el sentimiento de la lástima furiosa.
Hasta los niños contribuyen con su cúmulo diáfano peropotente de odio a celebrar esta fiesta cuyo aparente desenfreno asegura, durante el resto del año contractual, la complacencia y el buen trato entre nosotros.
Cuento 2 aviso (Salvador Elizondo)
AVISO
(Cuento)2
Salvador Elizondo (México, 1932-2006)
I.M. Julio Torri.
La isla prodigiosa surgió en el horizonte como una crátera colmada de lirios y de rosas. Hacia el mediodía comencé aescuchar las notas inquietantes de aquel canto mágico.
Había desoído los prudentes consejos de la diosa y deseaba con toda mi alma descender allí. No sellé con panal los laberintos de mis orejas ni dejé que mis esforzados compañeros me amarraran al mástil.
Hice virar hacia la isla y pronto pude distinguir sus voces con toda claridad. No decían nada; solamente cantaban. Sus cuerpos relucientes se nosmostraban como una presa magnífica.
Entonces decidí saltar sobre la borda y nadar hasta la playa.
Y yo, oh dioses, que he bajado a las cavernas del Hades y que he cruzado el campo de asfodelos dos veces, me vi deparado a este destino de un viaje lleno de peligros.
Cuando desperté en brazos de aquellos seres que el deseo había hecho aparecer tantas veces de este lado de mis párpados durante laslargas vigías del asedio, era presa del más agudo espanto. Lancé un grito afilado como una jabalina.
Oh dioses, yo que iba dispuesto a naufragar en un jardín de delicias, cambié libertad y patria por el prestigio de la isla infame y legendaria.
Sabedlo, navegantes: el canto de las sirenas es estúpido y monótono, su conversación aburrida e incesante; sus cuerpos están cubiertos de escamas,erizados de algas y sargazo. Su carne huele a pescado.
Biografía[editar · editar código]
Nació en la Ciudad de México el 19 de diciembre de 1932, hijo de Salvador Elizondo Pani, diplomático y productor de cine. Desde muy joven tuvo contacto con el cine y la literatura. De niño vivió varios años en Alemania, antes de la Segunda Guerra Mundial, y cursó tres años en una escuela militar de California.Realizó estudios de artes plásticas en la Ciudad de México y de literatura en las universidades de Ottawa, Cambridge, La Sorbona, Peruggia y la UNAM. Fue fundador de la revistas SNOB y NuevoCine, y colaborador de las revistas Vuelta, Plural y Siempre, entre otras.
En 1965 recibió el Premio Xavier Villaurrutia por su novela Farabeuf o la crónica de un instante.1 Fue becario fundador en El...
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