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Páginas: 33 (8129 palabras) Publicado: 11 de mayo de 2011
Los juegos terroríficos de Rubén Darío
CRISTINA BRAVO ROZAS
Universidad Complutense de Madrid
171La casa era para mí temerosa por las noches. Anidaban lechuzas en los
aleros. Me contaban cuentos de ánimas en pena y aparecidos, los dos únicos sirvientes, La Serapia y el indio Goyo. Vivía aún la madre de mi tía
abuela, una anciana, toda blanca por los años y atacada de un temblor
continuo.Ella también me infundía miedo, me hablaba de un fraile sin
cabeza, de una mano peluda, que perseguía como una araña... Se me mostraba, no lejos de mi casa, la ventana, por donde, a la Juana Catina, mujer
muy pecadora y loca de su cuerpo, se la habían llevado los demonios...
Oía contar la aparición del difunto obispo García, al obispo Viteri... Una
noche, el obispo Viteri hizo despertar a suspajes, se dirigió a la catedral,
hizo abrir la sala del capítulo, se encerró en ella, dejó fuera a sus familiares, pero éstos vieron por el ojo de la llave, que su ilustrísima estaba
en conversación con su finado antecesor. Cuando salió, «mandó tocar
vacante»: todos creían en la ciudad que hubiese fallecido. La sorpresa
que hubo al otro día fue que el documento perdido se había encontrado.
Yasí se me nutría el espíritu, con otras cuantas tradiciones y consejas y
sucedidos semejantes. De allí horror a las tinieblas nocturnas, y el tormento de ciertas pesadillas inenarrables
1
.
También en estos recuerdos infantiles anida la sombra de la pesadilla que posteriormente fabrica las atmósferas terroríficas de algunos de sus cuentos
2
:
En esta época aparecieron en mí fenómenosposiblemente congestivos.
Cuando se me había llevado a la cama, despertaba, y volvía a dormirme.
Alrededor del lecho mil círculos coloreados y concéntricos, kaleidoscó-
pios, enlazados y con movimientos centrífugos y centrípetos, como los
que forma la linterna mágica, creaban una visión extraña y para mí dolorosa. El central punto rojo se hundía hasta incalculables hípnicas distancias y volvía aacercarse y su ir y venir era para mí como un martirio
inexplicable. Hasta que, de repente, desaparecía de la decoración de colores, se hundía el punto rojo y se apagaba, al ruido de una seca y para mí
saludable explosión. Sentía una gran calma, un gran alivio; el sueño
seguía tranquilo. Por las mañanas mi almohada estaba llena de sangre,
de una copiosa hemorragia nasal
3
.
Críticos y biógrafosdescriben la naturaleza asustadiza de Rubén Darío:
Cristina Bravo Rozas Los juegos terroríficos de Rubén Darío
Anales de Literatura Hispanoamericana 172
Vol. 31 (2002) 171-192
1
Rubén Darío. La vida de Darío escrita por él mismo. Caracas: Biblioteca Ayacucho, 1991,
pág. 10.
2
Recordemos que la larva o «empusa» que aparece en su relato «la larva» ya había sido protagonista de uno de susespeluznantes sueños.
3
Rubén Darío. La vida de Darío..., op. cit., pág. 11.[...] se habló de espiritismo, de demonología, de endriagos, de duendes,
de aparecidos. Cada uno forzó la nota de lo fantástico [...] y todo con
objeto de asustar al Poeta, que pálido, sudoroso, llenos los ojos de un
inenarrable horror, se llevaba las manos a los oídos para no escuchar
aquellos cuentos de un hoffmanismosuperlativo; creía en todo, hasta en
las cosas más absurdas; el mundo sobrenatural lo atraía con una fascinación irresistible, como todos los aspectos del misterio
4
.
Incluso Ángel Rama
5
llega a hablar de «su naturaleza neurasténica» que le
hizo abandonar sus obsesiones espiritistas y de la verdadera crisis existencial que
vive desde su presencia en Europa en 1910.
Estos temores y estatendencia hacia el misterio y lo sobrenatural suponen
tan sólo el caldo de cultivo de una relación literaria más intensa con el miedo
que se consolida a través de distintos cauces: la lectura de novelas terroríficas
como La caverna de Strozzi, su carácter triste y meditabundo, fácilmente impresionable por algunas escenas horribles de lo cotidiano, que presencia en su infancia, como la pelea...
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