Los ladrones somos gente honrada
Enrique Jardiel Poncela
LOS LADRONES SOMOS GENTE HONRADA
Comedia casi policíaca en un prólogo y dos actos
PRÓLOGO
Son las doce menos veinte minutos de la noche. Se celebra una fiesta en la casa, y de vez en cuando el rumor de una música de baile llega hasta la escena.
Se oye un silbido.
En escena aparecen los 4 protagonistas. Daniel, vestidode smoking, la Pelirroja, de criada y la Tía y la Castelar vestidas de ladronas.
daniel.—¿Qué pasa?
PELIRROJA.—Nada, Daniel. Te avisaba para que supieras que está todo listo.
daniel.—¿Y no hay novedad, «Pelirroja»?
PELIRROJA.—Ninguna.
tío.—Por nuestra parte también está todo listo
castelar.—Estamos preparados, jefe.
alfonso.—Se me hace la boca agua pensando que con este botín nospodremos retirar...
daniel.—Todo el que quiera podrá hacerlo. (Con voz sorda.) El que busque dinero nada más.
PELIRROJA.—¿Y tú no, Daniel?
daniel.—A mí no me retiraría más que una mujer. Tal vez si encontrase una mujer joven e inocente...
castelar.—¡Silencio! Alguien viene.
(Los cuatro se agachan por la derecha y por la izquierda surge la delicada silueta de Herminia. Es una muchacha, vestida denoche, de edad indefinida. Por la firmeza y soltura de sus líneas, puede tener dieciocho o veinte años; pero, por el aplomo, la gallardía y la determinación de sus gestos, representa mucho más. Herminia avanza lentamente, como si saliese a la terraza sin objetivo fijo. Daniel se pone de pie y la mira con aire ensimismado)
daniel.—¡Qué joven maravillosa! Por ella sí que lo dejaría todo...pelirroja.—¿Qué dices Daniel?
daniel.—Digo que anulamos el robo.
(la Pelirroja, el Tío, Castelar y Alfonso se echan las manos a la cabeza con un gesto entre incredulidad y desesperación)
TELÓN
(Un telón de boca, en el que se lee:)
DE SOCIEDAD
Esta mañana, en la iglesia de la Concepción, se ha verificado el enlace de la bellísima señorita Herminia Arévalo Iturride con don Juan Togores ySuárez Guerrico, de antigua familia española, radicado en el Plata desde hace varios años.
Apadrinaron a los nuevos esposos el padre de la novia, el acaudalado prócer don Felipe Arévalo, y su distinguida esposa. Y firmaron como testigos numerosos y honorables amigos de los contrayentes.
Con tan brillante ceremonia se ha escrito el último capítulo de una historia de amor que tuvo su iniciaciónhace seis meses en San Sebastián, donde la juvenil pareja trabó conocimiento en el hotelito veraniego de la novia, justamente la noche en que ésta, recién salida de un internado de Toulouse, celebraba su puesta de largo y su feliz entrada en Sociedad.
Esta noche, en el palacete de los Arévalo, en la calle de Lista, se festejará con una comida íntima el dicho acontecimiento.
Felicitamos a todoslos interesados, y deseamos una luna de miel eterna a los nuevos esposos.
(De un semanario dedicado a la vida social.)
ACTO PRIMERO
Amplísimo vestíbulo en la casa del padre de Herminia, en Madrid. No hay nadie.
EMPIEZA LA ACCIÓN
Unos instantes de pausa, y la luz de la chácena se apaga, aparentemente, sola. Nueva pequeña pausa, y se oye en la escena lavoz del «Tío», aunque no se la ve por ninguna parte.
voz de la tío.—¡Quieto! ¡Quieto! (Otra brevísima pausa, y aparece la Pelirroja. Va de gobernanta. Vestida de toda gala. Avanza solemnemente en dirección a la escena, estirándose los guantes; baja los peldaños y se dirige al teléfono interior del segundo derecha. Descuelga y habla, levantando una ceja con pedantería atroz.)
PELIRROJA.—¡Oiga!¡Alló! ¿Cocina? «Cuisine»? «Office»? Al habla Minchi, la gobernanta. Os llamo para que subáis cuanto antes el helado, los señores lo están esperando. (Pausa.) «Yes». Sí. (Pausa.) «Oui, oui»: el helado, el «glacé», el «ice cream». (Pausa.) Eso es. «Très bien.» «All right». (Pausa.) ¡No me hagáis bajar ¿eh?! (Pausa.) Bien. «Parfaitement». «Okay»! (Cuelga. Fija la vista, con aire preocupado, en...
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