Los museos
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Consideraciones sobre el papel de los museos en la construcción del socialismo del siglo XXI
A modo de aclaratoria
El presente trabajo tuvo como germen una breve intervención mía dentro del marco de los foros que actualmente organiza la Fundación Museos Nacionales en diversas instituciones museísticas del país, y que fueron titulados “El papel delos museos en la construcción del socialismo del siglo XXI”. Estas discusiones surgieron tras la aparición de una conciencia institucional que notó la necesidad de abrir espacios para el debate y el cruce de ideas tanto de los trabajadores y directores de los museos como de las comunidades, con miras a ir abriendo campo a la conceptualización, teorización y aplicación de nuevas estrategiasmuseales que vayan de la mano con los cambios que hoy día enfrenta Venezuela en específico, y en general la museología como disciplina de actualizada revisión en el ámbito de la postmodernidad.
Por otra parte debo aclarar que este trabajo está circunscrito al campo delimitado por mi experiencia, es decir, a los museos de arte y, sobre todo, al campo de la museología en Venezuela, que si bien comparterasgos generales con la museología “internacional” está demarcada por especificidades históricas, sociales, económicas y culturales.
Asimismo es necesario asumir que el “socialismo del siglo XXI” es lo que podríamos llamar una idea en construcción que está siendo sujeta a numerosas críticas y debates, y que se espera esbozar procesualmente con el concurso y la participación de todos los sectoresde la sociedad. Por esta vía, este trabajo no intenta plantear un deber ser de la museología en el socialismo, sino más bien bosquejar algunos puntos problemáticos o incoherencias metodológicas de la museología venezolana actual, para identificar temas que permitan enriquecer los debates posteriores.
Dificultad de la definición de arte
De algún modo una de las grandes mitologías de las audienciasno especializadas está basada en la idea de que el arte es una especie de entelequia, una esencia de calidad incontestable. Sabemos no obstante, que la definición de arte es dialéctica, huidiza y compleja, no sólo porque el arte se resignifica continuamente, sino porque su noción también depende de la perspectiva teórica desde la cual se aborde.
El arte no es una entidad desligada del contexto.Lo que reconocemos como arte lo es porque ha sido convalidado como tal en las diversas épocas y sociedades en las que se desarrolló o en las que por diversas estrategias culturales fue “rescatado”. La historia da innumerables ejemplos de esto: en el auge del academicismo, cuando fueron estigmatizadas las vanguardias, cuya estética devino después en paradigma del proyecto modernista; durante elIII Reich, cuando los nazis rechazaron todo el arte de vanguardia calificándolo como “arte degenerado”, estableciendo así los parámetros de la estética nacional socialista; o el rescate que hicieron los románticos del arte popular y medieval, en su proyecto de superación de los parámetros instituidos por el clasicismo dominante del siglo anterior. Esto sin adentrarnos en aquellas manifestaciones queHans Belting llama “imágenes antes de la era del arte”, surgidas en un contexto en el que la noción de “arte” y “artista” no había aparecido en la conciencia colectiva, y elaboradas por ende de espalda a su “condición artística”.
Aunque sabemos que la relación arte/sociedad no es en ningún modo causal, lo que pretendo enfatizar en este punto es la necesidad que tenemos de formar a las audiencias–y sobre todo a las audiencias potenciales, aquella mayoría que aún no asiste al museo– en estas nociones, subrayando que la definición de arte es histórica, social, y por ende ideológica.
Este panorama se complica aún más en el contexto del arte contemporáneo. El agotamiento que los sistemas de representación artísticos venían presentando quizás desde finales del siglo XVIII, propició el...
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