Los numeros favorecen a las minorias

Los números favorecen a las minorías
Al observar las estadísticas de escuelas primarias, de asistencia media de alumnos, de ciclos escolares terminados, frente al enorme esfuerzo que indudablementesostuvieron los educadores del porfiriato, no podemos menos que sufrir una desilusión. La gran lucha que enfrentaron políticos, pedagogos y maestros para instruir a un pueblo casi totalmenteanalfabeta no parece corresponder con las cifras de alfabetización que alcanzaron.

Las ciudades acaparan escuelas
las estadísticas del porfiriato, salvo excepciones, no hacen la distinción entre escuelasurbanas y rurales. Sin embargo, todos los estados tenían escuelas de tercera clase, mixtas o de dos turnos(es decir niñas en la mañana y niñas en la tarde), que estaban destinadas a las poblacionespequeñas y diseminadas. No era posible aprovechar centros de enseñanza adecuados. Para fines de 1897 había 80 escuelas rurales sostenidas por el estado pero vigiladas por esos órganos, que proveían lostextos y completaban el sueldo de los profesores. Rápidamente se fundaron 16 planteles con 14 maestros y para 1910 estos eran 45. Jalisco un estado ejemplar en la educación por que más de una terceraparte de los niños en edad escolar iba a la escuela. Otras entidades como Coahuila, sin especificar números, afirmaron que tuvieron la colaboración de muchos particulares que abrieron escuelas en susranchos y haciendas, sin presión oficial alguna. Se consideraron las escuelas rurales las establecidas o por establecer en las haciendas, rancherías y agrupaciones de población que no fuerancabeceras de municipio. Resulta casi imposible saber con exactitud el número de escuelas rurales que hubo durante el porfiriato. Los estados del norte como sonora, chihuahua, Coahuila, nuevo león, Tamaulipasy desde luego el territorio de baja california lograron los índices de alfabetización más altos. La aspiración real de cualquier familia era poder mandar a sus hijos a la escuela uno o dos años, a...