Los numeros no tienen memoria
Autor: Eduard Punset 15 enero 2012
Nos costó mucho aceptar cosas tan innegables como que las niñas y niños nacidos durante el primer trimestre del año tendrían mássuerte en la vida –en promedio y sin olvidar nunca que en ciencia lo que es verdad de un promedio puede no serlo de un individuo– que los que han nacido en los últimos meses del año. Yo nací ennoviembre y se puede aducir mi caso tanto como la confirmación de la ley de probabilidades mencionada como la excepción de la regla comúnmente aceptada.
La teoría de la probabilidad, que tanto nos cuestaaceptar al común de los mortales, fue diseñada por los mejores matemáticos y científicos de la historia de nuestra cultura: un jugador empedernido, como Chevalier de Méré –que sabía mucho dematemáticas–, y científicos, como Pascal y Pierre de Fermat. Pero dejadme aclarar primero por qué la fecha de nacimiento cuenta en la vida para algo más que celebrar los cumpleaños.
Todos los maestros sabenque sus alumnos se distinguen en dos cosas: el sexo y la fecha de nacimiento. Han tenido tiempo para calibrar, aunque no para explicarse, por qué las niñas les ganan en promedio a los niños alcomienzo de su vida; ellos son más lentos, más infantiles y más proclives a la violencia que al cuidado de los sentimientos. No es fácil, pero tampoco difícil encontrar una razón biológica de que las cosasocurran así.
Otra cosa es el impacto de la fecha de nacimiento, que se debe a la teoría de probabilidades. ¿Por qué? Sencillamente, cuando empieza el curso escolar, en septiembre, tienen una ventajaincuestionable los que gozaron de unos meses previos para formarse y dar vueltas a por qué el mundo al que habían llegado era como era. Lo que descubrieron pronto los maestros es que, en promedio,sacaban ventaja los mayores de la clase. A veces se sugería repetir curso al afectado negativamente, para poder ser de los mayores y gozar de la consiguiente ventaja probabilística; otras veces se...
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