Los ojos de un nino
El proceso de separarnos de nuestros padres comienza en la pubertad y adolescenciapero siempre hay “esos padres” que con sus arsenales de negatividad lesionan realmente la autoestima de sus hijos y sabotean cualquier tentativa deindependencia, crean confusión y perplejidad en el niño.
Nuestra cultura, la religión respaldan totalmente la idea de la omnipotencia de la autoridad prenatal. laexpresión de enojo, el enfrentamiento es un tabú, nuestros padres tienen el poder de controlarnos por el simple hecho de habernos dado la vida.
Entenderintelectualmente la situación no basta para convencernos emocionalmente de que no éramos responsables de cualquier maltrato o mal familiar.
La fe en las deidades prenatalesse centra en 2 doctrinas:
“Yo soy malo y mis padres son buenos”
“Yo soy débil y mis padres son fuertes”
Estas son creencias poderosas que mantienenviva la fe y le permiten a uno evitar el enfrentamiento con la dolorosa verdad. Lo primero que tenemos que hacer es enfrentarnos a esa verdad.
La negación es lamas perjudicial y poderosa de las defensas psicológicas. Es la realidad ficticia para restar importancia al impacto de ciertas experiencias vitales dolorosas,puede hacer olvidar pero es temporal. Cortan la confianza en su capacidad de percibir la realidad, y en la misma medida dificultan construir la autoestima.
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