los otros
Páginas: 3 (675 palabras)
Publicado: 11 de octubre de 2014
En la vida del peruano promedio, la pobreza es un espectro eterno. Observa desde las esquinas donde niños pequeños hacen malabares a cambio de unas pocas monedas. Reina, tiránica, sobre losasentamientos que yacen en las faldas de Lima. Cubre con su sombra las vidas del 25.8% de los peruanos.
Yo no era la peruana promedio. Jamás había tenido a la pobreza respirándome en la nuca, sino que laobservaba silenciosa desde el asiento del auto mientras mendigaba al otro lado de la ventana. Como estudiante de un colegio británico para niñas, vivía en un mundo de faldas escocesas y pizarrasinmaculadas. Para mí, la pobreza era como un monstruo mitológico sobre el cual debía leer con detenimiento, más nunca conocer en carne propia.
Me desconecté de ella, pensando, desde una fría perspectiva,que la pobreza era una desafortunada e irremediable consecuencia de nuestro sistema económico. Rechazaba el altruismo y la caridad, creyendo que tales enfoques paternalistas no hacían más que eliminarcualquier incentivo para que los necesitados persiguieran un mejor destino. En un mundo de violenta injusticia, escogí la indiferencia como mi mecanismo de defensa.
La pobreza, en ese entonces,era simplemente el 25.8%, hasta el día en que la enfrente. Una mañana de setiembre, como parte de un proyecto de servicio a la comunidad del colegio, me encontré en camino a uno de los distritos máspobres de Lima, para participar en una construcción masiva. Estudiantes (la mayoría de los cuales jamás habían pisado un asentamiento) levantarían cuarenta viviendas de emergencia para familias ennecesidad durante el curso de tres días.
La experiencia fue tan iluminadora como inspiradora. Pocos individuos de dieciocho años pueden decir que han construido una casa; pero aprender a nivelar vigas,coser paneles y techar una estructura de madera no se podía comparar con la lección ganada por interactuar directamente con ese 25.8% que yo había, tal vez ignorantemente, deshumanizado.
La...
Yo no era la peruana promedio. Jamás había tenido a la pobreza respirándome en la nuca, sino que laobservaba silenciosa desde el asiento del auto mientras mendigaba al otro lado de la ventana. Como estudiante de un colegio británico para niñas, vivía en un mundo de faldas escocesas y pizarrasinmaculadas. Para mí, la pobreza era como un monstruo mitológico sobre el cual debía leer con detenimiento, más nunca conocer en carne propia.
Me desconecté de ella, pensando, desde una fría perspectiva,que la pobreza era una desafortunada e irremediable consecuencia de nuestro sistema económico. Rechazaba el altruismo y la caridad, creyendo que tales enfoques paternalistas no hacían más que eliminarcualquier incentivo para que los necesitados persiguieran un mejor destino. En un mundo de violenta injusticia, escogí la indiferencia como mi mecanismo de defensa.
La pobreza, en ese entonces,era simplemente el 25.8%, hasta el día en que la enfrente. Una mañana de setiembre, como parte de un proyecto de servicio a la comunidad del colegio, me encontré en camino a uno de los distritos máspobres de Lima, para participar en una construcción masiva. Estudiantes (la mayoría de los cuales jamás habían pisado un asentamiento) levantarían cuarenta viviendas de emergencia para familias ennecesidad durante el curso de tres días.
La experiencia fue tan iluminadora como inspiradora. Pocos individuos de dieciocho años pueden decir que han construido una casa; pero aprender a nivelar vigas,coser paneles y techar una estructura de madera no se podía comparar con la lección ganada por interactuar directamente con ese 25.8% que yo había, tal vez ignorantemente, deshumanizado.
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