Los otros

Los otros
¿Qué estaba pasando?
¿Dónde estaba?
¿Quién era?
Me lo preguntaba muy a menudo, sin tener respuestas a estos interrogantes. Mirando al techo, recostada en una cama desconocida para mí, intentaba recordar. Pero no podía. Cuando intentaba rebuscar en mi memoria, lo único que había era oscuridad, sin poder ver más allá. No conocía a nadie, y no recordaba nada.
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Habían pasado tresdías desde que me desperté aquí. Estaba en una ciudad grande y moderna, pero no sabía el nombre de esta. Me encontraba en un departamento algo pequeño, de dos habitaciones. En la mía, había muchas fotos de personas que raramente me resultaban conocidas, pero no los reconocía. La habitación estaba pintada de negro y gris, la cama situada debajo del gran ventanal que había. En la esquina, un escritoriocon una computadora encima y hojas sueltas. Me dolía la cabeza de pensar tanto quien era yo y qué hacía allí, así que me dirigí al baño y me miré en el espejo. Y lo que vi, no me resultaba para nada familiar. Ojos grandes y llamativos, labios finos, pómulos firmes y nariz respingada, y un pelo largo, ondulado y suave. Me quede mirándome largo tiempo, buscando en mi rostro algún indicio de algoque me haga recordar. No paso absolutamente nada.
Me dirigí a la habitación, y me acosté en la cama, pensando que si lograba dormirme, recordaría mi vida y podría ser normal otra vez.
Me desperté sobresaltada. Escuche voces que venían del pasillo. Como no tenía nada que perder, me paré de la cama medio adormilada y me fui a la puerta. La abrí cuidadosamente, y asomé la cabeza. Habían tres personashablando: una chica joven alta y castaña, con nariz recta y pómulos firmes; un chico bajo con lentes y pelo rebelde; y un chico alto con rulos y ojos grises. Los escuche hablar, pero no llegaba entender muy bien lo que decían, ya que sus voces estaban lejanas. Luego de un rato, suspire, supongo que un poco fuerte, ya que los tres se voltearon, mirándome completamente neutros. Me quede petrificadaen donde estaba. Después, se acercaron lentamente, esperando a que hablara.
-Hola- dije tímidamente. Mire hacia abajo. ¿Qué se supone que les debo decir si me preguntan el nombre? ¿Qué pasa si ellos son amigos mios y nos los recuerdo?
La castaña me mira intensamente, luego mira al chico de rulos, me sonríe falsamente y me abraza. Confusa, le devuelvo el abrazo. Por encima del hombro de la chica,puedo ver que los chicos están mirándome de una forma rara que no puedo descifrar. Se aparta, me sonríe de nuevo y dice:
-Me alegro que te hayas despertado. Te estábamos esperando.
Me dijeron que me dirigiera a ellos por “los otros” ya que, al parecer, sus nombres eran confidenciales. Acepte, y trate de sacarles algo de información sobre mí, pero se rehusaron a decirme nada. Les dije que no meacordaba de nada
-Tranquila- dijo el chico de lentes. Algo en su voz me inspiraba desconfianza.- Algún día te acordarás, tarde o temprano, tendrás que hacerlo.
Tenía razón. Tarde o temprano, debía recordar.
Por lo demás, me dijeron que la pasara bien y que no me amargara mucho por eso. Así que, me relaje y hablamos de tantas cosas sin sentido, que lo único que recuerdo haber pensado fue que losotros parecían unos chicos bastante simpáticos y fieles. Pero había algo en ellos, que no me gustaba para nada.
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Me dejaron sola. Me dijeron que era por mi propio bien, pero ellos eran las únicas personas que conocían, sin siquiera saber sus nombres, y aun así, confiaba en ellos. Dijeron que regresarían en un par de días. Ya paso una semana.
Estaba en un bosque y alguien con un pasamontañas meperseguía. Me gritaba que si no dejaba de luchar y correr, mataría a toda mi familia. Lo ignore. Corrí cuanto pude, hasta que lo perdí de vista. Luego, vague por el bosque en busca de refugio, supongo. En el camino, me encontré con una niña de no más de 8 años. Tenía ojos grandes y llamativos, labios finos, pómulos firmes y nariz respingada, y un pelo largo y ondulado. Era yo, solo que desde...