Los pasos de lopez
Jorge Ibargüengoitia
Dicen que yo tenía tanta prisa por avisar a mis compañeros que la Junta de Cañada había sido descubierta, que reventé a cinco caballos esa noche.Que me detuve en Muérdago nomás el tiempo que necesité para dar el mensaje y dejar que Ontananza y Aldaco montaran, desenvainaran espadas y gritaran "¡a las armas!". Luego viene "el abrazo". Unpintor que quiso evocar mi llegada a Ajetreo, me representó sacando el pie de debajo de un caballo muerto, al fondo se ve una iglesia, Periñón está en el atrio y va corriendo hacia mí con los brazosabiertos. Dicen que apenas di la noticia Periñón hizo tocar rebato, que llegaron los fieles corriendo y que cuando se llenó la iglesia, Periñón subió al púlpito y gritó:
—¡Viva México! ¡Viva laindependencia! ¡Vamos a matar españoles!
Que la gente le hizo coro, que él sacó una espada, que salió de la iglesia y que todos lo seguimos.
Es una visión inexacta. Si yo hubiera reventadocinco caballos, hubiera llegado antes o bien mucho después, porque no es camino en el que se pueda cambiar de montura con facilidad. Fui al paso que daba mi yegua. Era noche de luna y yo estaba llenode miedos. A veces arrendaba para escuchar, creyendo oír galopes lejanos, a veces me espantaban las formas de los huizaches, el peor susto me lo dieron unos que iban por el camino buscando un becerroperdido. Miedos vanos, nadie me persiguió aquella noche. Llegué a Muérdago clareando, y desayuné con la familia Aldaco.
Siguen las horas perdidas que pasaron discutiendo. Ontananza aconsejabacautela: dejar pasar el tiempo y esperar más noticias.
Aldaco y yo tratábamos de hacerle ver que no teníamos más que dos caminos: el de levantarnos en armas ese día y el de San Juan de Ulúa.Por fin lo convencimos. Cuando me puse en camino otra vez, ya estábamos de acuerdo: yo iría a Ajetreo, ellos me seguirían al día siguiente con sus escuadrones, nuestro primer objetivo militar iba a...
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