los perros
puertas
deberían
permanecer
cerradas...
En
Barrington House, un elegante
bloque de pisos londinense, hay un
apartamento vacío. Nadie entra,
nadie sale. Y ha permanecido así
durante cincuenta años. Hasta que
una noche el vigilante oye unos
ruidos después de medianoche y
decide ir a investigar. Lo que
experimenta allí basta para cambiar
su vida para siempre.
La joven Aprylllega a Barrington
House procedente de Estados
Unidos.
Ha
heredado
un
apartamento de su misteriosa tía
abuela Lillian, fallecida en extrañas
circunstancias. Se rumorea que
Lillian estaba loca. Pero su diario
insinúa que estuvo implicada en un
suceso terrible e inexplicable varias
décadas atrás. Decidida a averiguar
algo sobre esta excéntrica mujer,
Apryl comenzará a desentrañar lahistoria oculta de Barrington House.
No tardará demasiado en descubrir
que un mal que transforma a la
gente aún habita el edificio. Y que
la puerta del apartamento 16 es el
acceso a
algo mucho más
terrorífico...
Adam Nevill
Apartamento 16
ePUB v1.0
dukoman05.11.11
Título original: Apartment 16
Primera edición: octubre de 2011
© Adam Nevill, 2010
©Manuel Mata, 2011ISBN: 9788445078440
Para Ramsey Campbell,
Peter Crowther y John Jarrold
PRÓLOGO
Al oír el ruido, Seth se detuvo y se
quedó mirando la puerta del apartamento
dieciséis, como si pudiera ver a través
de la teca revestida de una pátina
dorada. Los ruidos habían comenzado
justo después de bajar la escalera desde
el noveno piso y cruzar el rellano. Al
igual que las tres últimas noches,durante la ronda que realizaba a las dos
de la madrugada.
Salió
de
sus
ensoñaciones
repentinamente y dio un rápido paso
atrás desde la puerta. La sombra de su
cuerpo larguirucho, reflejada sobre la
pared opuesta, alargó los brazos como si
quisiera sujetarse a un puntal. La imagen
hizo que se sobresaltara.
—Joder.
Nunca le había gustado aquella parte
de Barrington House, pero no eracapaz
de explicar la razón con claridad. Puede
que fuese demasiado oscura. Puede que
las luces no estuviesen bien colocadas.
El jefe de porteros decía que no les
pasaba nada, pero muchas veces
proyectaban formas en las escaleras por
las que subía Seth y éste tenía la
impresión de que unos miembros
puntiagudos estaban a punto de aparecer
al otro lado del recodo de la escalera. A
vecesincluso llegaba a convencerse de
que había oído un roce de tela y el
sonido de unos pies que se aproximaban
con paso decidido. Sólo que nunca
aparecía nadie, y nunca había nadie allí
arriba al doblar la esquina.
Pero los ruidos del apartamento
dieciséis eran más alarmantes que
cualquier sombra.
Porque durante las primeras horas
del amanecer, en una zona exclusiva y
apartada de Londrescomo aquélla, hay
pocas cosas que puedan competir con el
silencio de la noche. Alrededor de
Barrington House, el laberinto de calles
que se extiende más allá de
Knightsbridge Road tiende a permanecer
en calma. De vez en cuando, en el
exterior, pasa un coche alrededor de
Lowndes Square. O, en el interior, el
portero de noche se da cuenta de que las
luces eléctricas de las zonas comuneszumban como insectos con las negras
cabezas pegadas al inhóspito cristal.
Pero en las horas que discurren entre la
una y las cinco de la mañana, los
residentes duermen. En el interior no se
oye otra cosa que los sonidos
ambientales.
Y el número dieciséis estaba
desocupado. El jefe de porteros le había
dicho en una ocasión que llevaba así
más de cincuenta años. Pero por cuarta
nocheconsecutiva, algo en el piso había
llamado la atención de Seth. Un ruido
sordo detrás de la puerta, contra la
puerta. Algo a lo que, hasta entonces, no
había prestado atención, considerándolo
uno de tantos ruidos en un edificio viejo.
Un edificio que llevaba más de cien
años en pie. Algo movido por las
corrientes de aire. Una cosa así. Sólo
que aquella noche era insistente. Más
fuerte...
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