Los principios de la equidad
Por Héctor José Iaconis.
La historia de 9 de Julio, como núcleo social, posee un número para nada reducido de acciones personales que lejos de ser irrelevantes para el estudio del pasado, bien pueden ser reunidos para componer un catálogo de lo grotesco o de lo absurdo, si se los consideradas a primera vista. Esas acciones humanas, actitudes que hoy nosdemandan prolongados análisis para su caracterización, no siempre determinan un patrón permanente e invariable en el comportamiento de los individuos; sino, más bien, son exteriorizaciones de realidades internas mucho más profundas, escapan a esta breve exposición.
No obstante, en cuantiosos hechos -de los que denominamos vulgarmente "insólitos", "curiosos" o "risibles"- aparece un denominador común, yes la fallida lucha por congeniar los intereses y mociones personales con las del otro. En definitiva, como lo explica el doctor Anderson, uno de los grandes problemas con el que el hombre ha debido luchar es "la reconciliación de las diferencias individuales en cuantos a deseos, propósitos, motivos, objetivos, valores y acciones" (1). Cuando esas individualidades (espontaneidades) no puedenconcensuarce, armonizarse, surge el conflicto, pues "la espontaneidad sin armonía se transforma en conducta de dominación" (2).
EL CONFLICTO FRENTE A LA ESPONTANEIDAD
Entre los muchos sucesos que, en la historia de 9 de Julio, reflejan ese principio de conflicto entre los intereses personales, y la dificultad para congeniar la singularidad propia respecto de las singularidades de los demás,bástanos citar un ejemplo.
En la sesión del Concejo Deliberante de 9 de Julio, del 2 de marzo de 1893, el concejal Rafael Prieto -quien más tarde habría de ocupar el cargo de intendente municipal, con un triste desenlace- presentó ante ese cuerpo un proyecto de ordenanza relacionado con los bailes públicos que se realizaba en el pueblo. En el mismo, entre otras disposiciones de orden organizativo, seordenaba la prohibición de la entrada a los bailes públicos, de personas "menores de doce [años] siendo mujeres y de quince, siendo varones" (3).
Al fundamentar el contenido de esa ordenanza, según consta en el acta de aquella sesión, el edil Prieto afirmó que "no lo llevaba ningún móvil mezquino hacia nada ni a nadie sino que, lo que lo inducía a formular dicho proyecto era para que seimpidieran ciertos abusos que se cometen en los bailes públicos cuando estos no eran reglamentados".
Más adelante agregó que "como a todos sus colegas les constaba, había sido él objeto de un abuso incalificable en un baile público dado en el teatro de la Sociedad Italiana, hacía pocos días. queriéndosele imponer que saliese del baile porque se le había ocurrido ir con sobretodo". Esta llamada deatención, por decirlo así, de acuerdo con las palabras de Prieto, se la habían realizado "unos individuos que se titulaban comisión de baile"; "como si en los bailes públicos -opinaba el agraviado concejal-, de entrada paga, existieran tales comisiones, ni debiera estar el público obligado a vestir un traje dado o de la voluntad de los empresarios del baile" (4).
Antes de concluir su exposición, Prieto,explicó que en el mismo baile había observado la presencia de "criaturas menores de siete años bailando, algunas de ellas, con sus mismos padres".
El proyecto de ordenanza de Prieto fue tratado y aprobado en la misma sesión.
Es incuestionable que la lectura que hoy podemos hacer de la actitud de Prieto puede distar bastante de una reflexión efectuada en la época en que acontece el caso. Noobstante, nos surgen varios interrogantes: ¿cuáles fueron los verdaderos móviles del concejal al presentar un proyecto de esa naturaleza?, ¿seguramente, no era la primera vez que Prieto acudía a un "baile público" y observaba la presencia de menores?.
Si no recordáramos, anticipadamente, que las fuentes históricas no son elementos "ingenuos", un simple examen sobre las palabras de Prieto no nos...
Regístrate para leer el documento completo.