Los problemas moriscos durante el reinado de los rrcc
Durante la primavera de 1490 el ejército de Isabel y de Fernando acampó junto a Granada y en los meses siguientes, mientras se llevaban a cabo complejos preparativos para el asedio y el asalto, se construyó, en el emplazamiento del campamento, una ciudad diseñada según el modelo de unas parrillas y a la que se dio el nombre deSanta Fe. Como los preparativos seguían adelante con paso firme, cundió el desánimo en el bando moro y con él, el sentimiento general de que una rendición honrosa era preferible a una conquista militar. Se abrieron, pues, negociaciones en octubre de 1491. A finales de noviembre se había llegado a un acuerdo acerca de los términos y el 2 de enero de 1492 Granada se rindió. El propio Boabdil entregóa Fernando las llaves de la Alhambra y la cruz y el estandarte real fueron izados en la más alta de sus torres.
Los términos de la rendición eran extraordinariamente generosos. Los moros conservaban sus armas y sus propiedades y se les garantizaba el uso de sus leyes, su religión, sus costumbres y su vestimenta. Seguirían siendo gobernados por sus magistrados locales y no tendrían que pagarmás tributos que los que pagaban a sus reyes nativos. Estos acuerdos eran muy semejantes a los que, tiempo atrás, habían concluido sus antecesores con los moros de Valencia, y no existe razón alguna para creer que Fernando tuviera la intención de romperlos. La posición de los conquistadores era aún precaria y hubiera sido absurdo enajenarse a una población que podía incluso mirar con agrado uncambio de dueños que ponía fin a la anarquía que había prevalecido en el reino nazarí durante las décadas precedentes. Así, no es sorprendente que los primeros años del nuevo régimen se caracterizasen por la moderación por parte de una corona preocupada aún por la ardua consecución de la seguridad militar.
De hecho, por extraño que parezca, la Corona se benefició poco de los despojos de lavictoria. Según los términos de la rendición, los habices, impuestos sobre ciertas propiedades destinados tradicionalmente a fines religiosos y benéficos, siguieron siendo administrados por las autoridades religiosas moras, mientras que los tributos cobrados tradicionalmente para subvenir a los gastos de la casa real fueron cedidos a Boabdil, a quien se concedió una propiedad en las Alpujarras. Éstedejó a la Corona tan sólo las tierras patrimoniales del sultanato. Pero algunas de estas tierras habían sido devastadas por los ejércitos cristianos en su avance y otras muchas habían sido expropiadas a los reyes nazaríes durante el siglo XV, de modo que los beneficios de la hacienda real eran insignificantes. Una comisión investigadora fue enviada a examinar los títulos de propiedad de lastierras expropiadas, pero los nobles moros y cristianos conspiraron por igual para hacer fracasar su misión. Un decreto real, según el cual ningún individuo podía adquirir propiedades en el reino conquistado por un valor superior a los 200.000 maravedís, fue sistemáticamente eludido, con el acuerdo tácito de los propios funcionarios de la corona; y un puñado de nobles, entre los que se contaba aGonzalo de Córdoba y al conde de Tendilla, se agenciaron la adquisición de enormes latifundios, mientras que sólo una pequeña extensión de tierra fue recuperada para el patrimonio real.
Cuando el rey y la reina dejaron Granada en la primavera de 1492, transmitieron los poderes para su administración a un triunvirato formado por Hernando de Zafra, secretario real, el conde de Tendilla, miembro dela poderosa familia de los Mendoza, cuyos antepasados habían sido capitanes generales de la frontera de Granada desde comienzos del siglo XV; y Hernando de Talavera, primer arzobispo de Granada, cuya tolerancia y cuyo interés por los estudios arábigos contribuyeron en gran manera a reconciliar a los moros con el Gobierno cristiano. La tarea más inmediata del triunvirato consistía en asegurar...
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