los romanos


Los días que cursamos en la secundaria siempre nos llevan a la nostalgia, pero también a las risas. Pensar en las cosas tontas o algo locas que hacíamos nos resulta divertido. La curiosidad entodos los ámbitos llenaba nuestros días.
Fue así como comenzó el descubrimiento de las artes esotéricas, si mal no recuerdo surgió en una de esas charlas interminables que empiezan hablando de conejosverdes y terminan en vaya a saber uno que cosa. El tema que no podía faltar: el juego de la copa. Pero nosotras decidimos ir por más, la ouija. Algunas dos que no recuerdo decidieron ir a una santeríaa comprar una, un cartoncito con función de tablero, con unos dibujos, letras, números y una argollita de plástico era su contenido. Eso era todo, nada más.
El lugar de reunión de siempre para hacercosas clandestinas, la casa de Laura. Ahí estábamos todas, siete chicas viendo que hacer para matar el tiempo adolescente. Comenzaba el descubrimiento. La operatoria era la misma que en el juego dela copa, solo cambiaba la copa por la argollita.
Comenzaron a hacer diversas preguntas a un supuesto espíritu, el cual contestaba paseando e indicando letras y números por el tablero. Bien podía serque las mismas chicas forzasen esos movimientos, así que decidí entrar al juego. Pude comprobar que ninguna de las chicas ejercía tal influencia, es más, el pequeño aro se adhería al tablero apoyadoen el viejo piso de madera con bastante fuerza y se deslizaba con rapidez. Lo que nos generó claramente mucho miedo, pero no nos impidió seguir. Hasta que el fulano con el que charlábamos se enojó poralgo y nos dijo ya van a ver, y nos cortó la comunicación. Justo se cortó la luz y obviamente la habitación se llenó de gritos.
Los días que siguieron tuvieron como protagonista a esa mismaceremonia, pero ya se daba en cualquier lado y a cualquier hora: en el colegio, en el salón de actos, en el aula, en la calle.
Esa mañana teníamos clase de Química y teníamos que exponer unas lecciones,...