Los Rostros Del Deficiente
Eduardo de la Vega, Universidad Nacional de Rosario, UNR, Argentina.
El trabajo realizado sobre el cuerpo –primero en ámbitos de la elite y la
burguesía, y posteriormente en los sectores populares– se cerraba sobre las figuras
más extremas de la infancia marginal.
La escuela especial se constituía allí para sustituir las antiguas instituciones del
universocorreccional. Asilos, horfanatos, prisiones dejaban paso a las estrategias
reeducativas para la recuperación del niño deficiente.
Los primeros destinatarios del circuíto especial recibieron los estigmas de una
radical exclusión. Dicho gesto fue programado por el horror médico ante los cuerpos
desahuciados cuando la sensibilidad moderna tuvo que diseñar las vias de su
integración.
El cuerpodefectuoso fue el principio de discriminación que organizó las
clasificaciones de la primera Psicología Diferencial. El defecto físico,
inmediatamente visible, inadecuadamente exhibido, contrastaba con el cuerpo bello,
educado y virtuoso que la escuela promovía. Contrastaba también con la destreza,
habilidad e inteligencia del cuerpo que se lucía en el juego popular.
El cuerpo deforme se hundía en unespacio de silencio y clasificación. En lo más
profundo del mundo anormal toda una población de niños huérfanos, mal
alimentados, lesionados, apestados y enviciados van a ser privados de todo aquello
que prometía la escuela y las demás instituciones de la normalidad.
Hubo un discurso médico de la infancia deficiente, elaborado en los gabinetes,
en los consultorios y en muchas de lasinstituciones destinadas a su exclusión. Allí
se programaron las distancias que diseñaban su institucionalización a la vez que
formulaban los fundamentos para la nueva segregación.
Hubo también un discurso escolar del deficiente que no coincidía del todo con la
mirada médica. La experiencia escolar identificó demasiado pronto al alumno
atrasado con el niño anormal y se constituyó en la verdad másinmediata de aquel
discurso segregador.
De todos modos, el discurso escolar no fue homogéneo. Desde la misma
escuela pero con distintos emplazamientos se opusieron argumentos y se
desplegaron estrategias para detener el avance de los médicos en la promoción de
la educación especial.
Finalmente, hallamos una experiencia estética que recupera rostros, voces,
lenguajes, cuerpos allí donde sehabía elaborado una separación radical. Arlt,
Ebequer, Quiroga, algunos escritores del grupo de Boedo, recorren el paisaje
ciudadano y recogen el testimonio de un mundo silenciado que insiste en ser
reconocido en la superficie misma de su cotidianeidad.
El cuerpo defectuoso.
El discurso de la pedagogía terapéutica –más allá de las tecnologías sofisticadas
que acompañaban su rápida expansión–tenía en la psicología diferencial el núcleo
duro de su eficacia y operatividad. La edad mental y el coeficiente intelectual, ya lo
hemos dicho, establecían los valores que permitían diferenciar la población escolar.
Sin embargo, si atendemos más atentamente a las referencias teóricas y a los
cuadros clínicos promovidos desde la nueva clasificación, veremos al cuerpo
defectuoso recortarsesobre el telón de fondo de la patología diferencial.
La teoría del atavismo –que postulaba la regresión a un estado anterior de la
especie– había sido abandonada, y en su lugar surgían otras nuevas, confirmando
la acción degenerativa sobre las células germinales provocada por la sífilis, el
alcohól, la tuberculosis, etc.
Por otra parte, al impugnarse la equivalencia entre inteligencia y moral,se
disolvían las antiguas confusiones a la vez que se promovían las nuevas formas del
mal. Del mundo trinitario de la deficiencia se rescataba a los grandes deficientes
(idiótas e imbéciles) y se condenaba a aquellos que habitaban las fronteras de la
normalidad (débil mental). Se producía así una novedosa inversión; el idiota y el
imbécil pasaban ahora a ser inofensivo, mientras se...
Regístrate para leer el documento completo.