Los Silencios Y Las Voces En América Latina Capitulo I

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DESDE QUE "NOSOTROS" PENSAR LA MODERNIDAD?

1. La cijesti6n del "nosotros" latinoamerica.no
Se cumplen ya cinco siglos desde que cse navegante visionario y tozudo arribara a las costas dc nuestro continente; personalizacion del espiritu de su epoca, hijo y protagonista del primer proceso civilizatorio dc alcance mundial. Y el lugar que pudo confundirse con el Paraiso1 seria escenario deun dilatado drama historico donde se entrcmczclaron aventurcros y esclavos, indigents y segundones, europeos deshercdados de disimiles culturas, arabes, japoneses, rusos, armenios, judios, coreanos 0 chinos. Ticrra de dolor y de esperanzas, de desorbitadas fusiones geneticas, poca duda cabe acerca de la heterogenea composic-JQB de una "identidad latinoamericana" propia de estosTerfitorios,unificados originalmente en el proceso traumatico dc la conquista y la colonizacion.
El reconocimiento de le heterogeneidad cultural de los sectores populares de America Latina —que resalta ante la creciente homogeneizacion de sus clases donunajiles^Jafi rapas madias aco-modajlas— surge con tuerza comoproblcmatica de las ciencias sociales al calor de la "crisis de los paradigmas teoricos". Laemergen-cia de nuevas formas de organization y solidaridad; de movimientos sociales reivindicativos que desbordan los partidos politicos; el incrcmento de masas marginales y de nucvos comportamientos de deses-peracion; la persistencia de identidades sociales que ligan el presente con varios siglos de memorias culturales, mas alia de las caracteris-ticas adquiridas en las diversas regiones, dan cuenta defenómenos que no pueden explicarse integralmente desde las concepción oficializadas en las ciencias sociales y el analisis politico.2
En la constitution dc la historia como historia universal a partir del siglo XVI, el ingreso de las socicdades americanas a la Modernidad iba a producir un inapa socio-cullural de caraetcristicas dcsgarrantes. El sometimiento, la degradacion y ladramatica ruptura de los cquilibrios ecologicos y sociales en las grandes culturas sedentarias, redundaron en una mortandad cuya magnilud llcgo a alarmar a la metropolis espanola. La persccucion y el aniquilamiento de los grupos culturales nomades que resistieron al dominio se vincula con la introduccidn masiva de esclavos negros en las regiones aptas para las plantaciones de algodon, azucar y cacao; ya ella sc agrcgaran nuevos conlingentes eolonizadores —principalmente espanoles y Portugueses, pero asimismo holandcses. ingleses y franceses— que habfan de transformarse en aristocracias cspiireas, en oligarquias dc turbios abolengos'. Al mcstizaje y la interpenelracion entre estas lfncas principales se suman'an mas tarde, promedianclo el siglo XIX, nuevas masas de poblacion migrantc europea ydiversos grupos raciales dc las regiones del Este, expulsados de sus pafscs por la madurez de la Revolucion Industrial o los conflictos polflicos y religiosos4.
En este proceso dcnso y eomplejo, sc van coni'ormando los grandes actores del escenario polftico latinoamericano. Sera una coexis-lencia conllictiva, de conlrontaciones sociales y etnico-cullurales, donde se producen multiplesintercambios dc significados, sincretis-mos religiosos, Ifneas de continuidad de identidades hostigadas, in-corporacion de nuevas creencias y rituales que sc yuxtaponen con tradiciones ancestrales. Antiguas pautas cotidianas y lingiifsticas convi-ven con la adopcion del idioma de las clases privilegiadas de origen europeo —el espanol o cl portugues en las regiones continentalcs; el ingles o el liances en lasislas del Caribe— en tanto las formas de comunicacion popular conlinuan asentandose en las lenguas originarias, que no pudieron ser desplazadas a pesar de quinientos afios de predo-minios europeizantes. Manifestaciones de una resistencia cultural que, en el perfodo colonial, se acompaiiarfa de diversas formas de rebeldfa abierta, insurrecciones y movimientos de protesla ante condicioncs...