Los Sofistas Y Sócrates
Uno de los acontecimientos más significativos ocurridos a comienzos del siglo V a.C. lo constituyó la marcada tendencia a una ampliación de la base democrática ateniense a consecuencia de la victoria obtenida en las Guerras Médicas ante los persas. Esta tendencia se consolidó a partir del año 462 a.C. cuando Efialtes al frente de los demócratas radicales derrocaal Aerópago y con ello a la institución que se había convertido por mucho tiempo en la fuerza conservadora y aristocrática por excelencia.
Esta situación implicaba una cada vez mayor participación de los ciudadanos en las decisiones de gobierno, cosa que a su vez suponía una mayor exigencia y responsabilidad de los mismos. Se trataba pues de un mundo democrático en pleno proceso deexpansión y donde la vida cívica suponía mucho más allá de la emisión de un voto cada cierto tiempo una intervención activa y permanente en los asuntos públicos, los cuales eran ventilados e la Agora o Plaza Pública con la participación de todos los ciudadanos.
Y es que en estos asuntos públicos, políticos en tanto tenían que ver con el destino de la polis no le eran ajenos ni lejanos alhombre griego de esa época. La distinción moderna entre vida pública y vida privada no existía en la conciencia griega como tampoco existía la dicotomía ente el hombre como ser individual y como ser social. Al interior del pensamiento heleno resultaba inconcebible pensar al individuo al margen de la polis en que ese individuo se despliega y en la cual realiza sus potencialidades. Esto no quiere decirque no existiera en los griegos una conciencia individual no era concebida como una entidad autárquia y autosuficiente por sí misma. Por el contrario, dicha individualidad sólo resultaba comprensible en el marco de la polis.
La polis no era entonces una mera extensión geométricamente determinable ni un espacio que, fortuitamente le toca en suerte a cualquier hombre. Era, más bien y enprimerísimo lugar, hogar, patria en el sentido auténtico que podemos darle a esas palabras. La polis constituía así el espacio esencial e histórico del hombre, del ciudadano griego.
Portadora de una tradición –costumbres, ideas, leyes en fin, valores- la polis la trasmitía a sus ciudadanos haciéndoles partícipes y herederos de la misma. Esta tradición, con la cual el hombre contaba dehecho, constituía el origen, el suelo, el fundamento fáctico de su formación y desarrollo. La polis era el horizonte sobre el cual se desplegaban las actividades humanas, su espacio intrínseco y legítimo, su patria: lugar de reconocimiento, de identificación y de origen, lugar con pasado y tradición, lugar en suma, con un proyecto que comprometía a todos los que en ella nacían y vivían.Todo lo cual hacía que la vida del hombre griego adquiriese un espesor, una densidad una significación que imposibilitaban que se sintiera aislado, huérfano e insignificante y que lo convertía, en cambio, en un ser partícipe de un pasado y destino colectivo común. Su individualidad quedaba así enmarcada y potenciada por ese horizonte político al interior del cual su responsabilidad individual debíaejercitarse.
En este sentido el ser del hombre griego tiene en el ser político su más precisa determinación, siempre y cuando se entienda “político” en el sentido, ya explicado, de “ciudadano”, es decir, participante activo en la vida de la polis. La ciudadanía era la más alta expresión de lo humano, más aún, era lo que lo definía. Solo así se entiende la negativa socrática a salir de laciudad añadiendo que “el campo y los árboles no quieren enseñarme nada, pero si los hombres de la ciudad”. Sólo así se comprende, igualmente el radical rechazo griego de los bárbaros, pueblos nómades, incivilizados, esto es, sin ciudad sin polis, sin hogar. Y es por esto que la pena más alta para un griego era el ostracismo o el destierro la separación del individuo de su ciudad, de su esencia,...
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