Los Templarios Y La Mesa De Salomon Nicholas Wilcox

Páginas: 384 (95956 palabras) Publicado: 23 de junio de 2015
Un obispo e inquisidor español del siglo XV, Alonso de la Fuente del Sáuce,
encomendó a un artista holandés una serie de enigmáticos relieves con destino a
un coro catedralíceo en los que plasmó, como en un jeroglífico, los secretos de la
Mesa de Salomón, el mítico talismán buscado afanosamente por lo Templarios, un
objeto sagrado en el que el rey de Israel inscribió el Nombre del Poder. La Mesade
Salomón contiene la clave secreta del conocimiento, que otorga a su poseedor un
poder ilimitado.
Atrapado en el centro del misterio, Wilcox emprende un recorrido iniciático por
los secretos templarios: los santuarios matriarcales en los que el Temple entronizó
a sus Vírgenes Negras, las barcas de piedra, el lagarto de la Malena que guarda la
Mesa de Salomón, las intrigas que suscitó laconstrucción del Templo de Jerusalén,
el Arca de la Alianza y la Cábala. Una indagación en los secretos iniciáticos
buscados por sociedades secretas a lo largo de la historia.
Nicholas Wilcox

Los templarios y la mesa de Salomón

Traducción: Juan Eslava Galán

Primera edición: octubre de 2004

Título original: The Templars and the Table of Salomón

© 2004, Nicholas Wilcox

Primera edición en inglés:Porkeaters Publishers Ltd, London, 2004

© 2004, de la traducción, Juan Eslava Galán

© 2004, Ediciones Martínez Roca, S.A.

ISBN: 84-270-3067-3

Depósito legal: M. 38.386-2004

Fotocomposición: EFCA, S.A. Impresión: Brosmac, S.L.

Impreso en España-Printed in Spain

En el principio...

Todo empezó el 6 de abril de 1993. Yo intentaba escapar de la depresión que me
produjo el fallecimiento de miesposa, la bióloga Elizabeth Wilcox, devorada por
un tigre en la selva de Ranchipur. Me había refugiado a rumiar mi amargura entre
los hayedos del país de Gales, en el viejo molino de Hay on Wye, que Elizabeth y
yo habíamos rehabilitado con tanta ilusión, pero aquella casa antaño cálida se
había convertido en un lugar desangelado y triste. Pasaba las horas frente a la
chimenea apagada, contemplandolas cenizas frías. «Te vendrá bien salir de aquí,
trabajar, implicarte en algún empeño difícil», me había aconsejado, con su
sempiterna copa de coñac Napoleón en la mano, mi viejo amigo lord Riggulsford,
en la última reunión de la Royal Ornithological Society. Seguí su consejo. Acepté
un ofrecimiento de la BBC para colaborar en un documental sobre las aves de la
sierra de Cazorla, en España. Uncambio de aires me vendría bien.
Llegué a Cazorla una semana antes que el resto del equipo de rodaje y me
instalé, como otras veces, en la torre del Vinagre, entre los espesos pinares que
pueblan el pantano del Tranco, rodeado de belleza y de paz.
Madrugaba todos los días y salía a ver aves. Un miércoles al amanecer, en las
últimas estribaciones del parque de Cazorla, observé un ave de presa quevolaba
defectuosamente a poca altura. La seguí con los prismáticos. Era un halcón.
Renqueaba del ala derecha. Se posó en la copa de una añosa encina. Lo observé
más de cerca. Ajeno a mi presencia, se despulgaba el pecho con su pico curvo.
Quizá llevaba plomo en las alas.
Plomo en las alas..., como yo.
Un halcón con plomo en las alas no es probable que sobreviva. Llevaba un par
de jaulas en la traseradel coche. Si se dejaba atrapar quizá podría salvarlo. Salvar
el halcón, apostar por la vida, salvarme a mí, por esas simetrías que a veces urde el
destino.
Detuve a prudente distancia mi vehículo con tracción a las cuatro ruedas
alquilado y me interné a pie por el pinar. Cuando el halcón descubrió mi presencia,
emitió su grito «quec-quec-quec-quec» y remontó nuevamente el vuelo, esta vez

haciael crestón rocoso del cerro del Escribano, que separa el valle de la aldea de La
Iruela. Lo seguí con los binoculares hasta que lo vi trasponer un muro arruinado
de la vieja fortaleza templada, entre las inmensas rocas grises.
En el patio del castillo, un hombre fuerte y alto, bien parecido, con una hermosa
barba azafranada, en la que el sol naciente arrancaba destellos de cobre, consultaba
una...
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