los treinta y tres negros
Veintinueve negros y cuatro negras fueron ejecutados en elmismo día y hora en la plaza mayor de la ciudad.
El gentío era inmenso; plaza y calles, balcones y azoteas, todo estaba lleno, en todas partes había espectadores, desde todas partes secontemplaba aquella espantosa matanza.
La escena era capaz de hacer estremecer de horror al mismo Nerón.
Aquellos hombres, y sobre todo aquellas mujeres que caminaban al patíbulo, casimoribundos, cubiertos de harapos, a encontrar la muerte después de una vida de esclavitud y sufrimiento; los confesores que a grito herido encomendaban aquellas almas a la misericordia deDios; una multitud inmensa que se agitaba como un mar borrascoso, y sobre todas aquellas cabezas treinta y tres horcas, de donde pendían hora después treinta y tres cadáveres.
Laejecución había terminado, pero la gente no se retiraba, y era que aún había un segundo acto más repugnante.
Los verdugos comenzaron a bajar los cadáveres, y con una hacha a cortarles lascabezas, que se fijaban en escarpias.
Se estaban castigando cadáveres y derramando la descompuesta sangre de los muertos.
Aquella escena era asquerosa.
Las treinta y tres cabezas sefijaron en escarpias en la plaza mayor de la ciudad, ornato digno de la grandeza de la Audiencia gobernadora.
Mucho tiempo estuvieron allí aquellos trofeos de civilización, hasta que laAudiencia tuvo parte de que ya no era posible sufrir la fetidez, y las mandó quitar y que se enterraran.
Así se sofocó aquella soñada conspiración, en el año de 1612.
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