los ultimos sueños
FRAGMENTO:
CAPÍTULO I
A medida que avanzaba hacia el norte, Peregrino Cadena oía más débil el ruido de losdisparos. Pensó que ya no necesitaría las armas, y tiró la pistola y la metralleta detrás de unos matorrales podridos por la persistencia de la lluvia. Recordó las trincheras siempre llenas de agua, yse alegró de haber desertado. Además, nadie sabía quién iba ganando la guerra: posiblemente todos estaban perdiéndola.
Cuando entre la neblina y la llovizna divisó las primeras casas de Solodios, sedetuvo. Las calles se veían llenas de barro: hacía meses que no dejaba de llover. Llegó junto a su casa, y la violencia de su corazón lo obligó a tomar un respiro. Abrió la puerta y atravesó elcorredor penumbroso hacia el cuadro húmedo del patio.
Adriana, su esposa, le pegaba los botones a una camisa. Cuando lo vio se limpió los ojos violentamente, como si estuviera en presencia de unaparecido. Luego se paró poco a poco. Peregrino tenía una sonrisa desparramada por toda la cara.
–He vuelto –dijo.
Con su voz, Lunaluz y Lucas salieron al corredor. Lo miraron. El desertor se preguntó sitendría algo extraño en el rostro, algo que lo hiciera irreconocible. El estallido de la alegría en las facciones de sus seres queridos, no se produjo. Su mujer lo observaba casi con asco, y sus...
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