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Alberta García Arce lleva en su edad (40 años) el conteo de aquel suceso en que sus propios vecinos mataron a su padre por defender a cinco jóvenes. Según lo que le describió su madre -María Tomasa Domínguez Arce García- un día como, hoy 14 de septiembre -pero de1968- ocurrió el episodio más sangriente del pueblo, incitado por el cura, Enrique Meza Pérez.
"Él mandaba sobre la gente, él decidía todo, porque los pobladores de ese tiempo eran muy cerrados y sólo escuchaban la voz del padre"-, dice.
"Se quieren robar la imagen del Arcángel San Miguel de la iglesia unos estudiantes comunistas, eso fue lo que prendió a la población"-, narra.
AlbertaGarcía relata que esta es la primera vez que concede una entrevista a un periódico -en este caso a El Sol de Puebla- para expresar el dolor con el que vivió durante años al quedar huérfana de padre.
LA RECONSTRUCCIÓN DE LOS HECHOS
-¿Qué ocurrió en esa ocasión, según lo que le contó su madre, además de la película que muchos hemos visto, la cual se titula Canoa?-, se le cuestionó.
A lo que ellanarró: "Los cinco jóvenes que llegaron al pueblo, que iban a La Malinche, como ya muchos lo saben, fueron a la iglesia a pedir al padre que les diera hospedaje porque no tenían donde quedarse.
Se presentaron como trabajadores de la Universidad, pero como en esa época cualquier estudiante era visto como comunista, el cura hizo sus interpretaciones que lamentablemente terminaron en un hechodesafortunado que fue divulgado con la película que se grabó en todo el país.
Esa noche mi tío Pedro García -quien desde hace muchos años vive en la ciudad de México y quien conoce la historia a la perfección- se encontró a esos jóvenes, y de manera humanitaria les dijo que su hermano Lucas podría prestarles un cuarto para que se quedaran.
Mi papá, del que no lo recuerdo físicamente por misescasos meses de nacida, se portó amable y como un gran ser humano les abrió las puertas de la casa.
No pasó mucho tiempo después de que se instalaron, cuando según lo que me comentaba mi madre, quien murió hace 15 años, que las campanas de la iglesia se hicieron sonar.
Segundos después varios vecinos comenzaron a gritar por los altavoces de sus casas que habían llegado comunistas a quererserobar la imagen sagrada del Arcángel San Miguel. Todo se reunieron en la plaza y después se fueron a mi casa donde empezó la tragedia.
Mientras mi padre (Lucas) forcejeaba con los vecinos para defender a los jóvenes, mi madre nos sacó a mis tres hermanos y a mí: a Pascual de 6 años, a Arturo de 4 años, a Silvia de 2 años y a mí de 7 meses.
Nos metió por una zanja de drenaje, que tenía un...
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