Love story
Que era linda. Y brillante. Que le gustaban Mozart y Bach. Y los Beatles. Y yo.Una vez, cuando me mezcló adrede con esos tipos musiqueros, le pregunté en qué orden me colocaba y ella contestó sonriendo: "Alfabético". Yo tambiénsonreí entonces. Pero ahora que lo pienso bien, desearía saber si me ponía en la lista por mi nombre de pila —en cuyo caso estaría detrás deMozart—, o por mi apellido —en cuyo caso estaría entre Bach y los Beatles. De cualquier modo no me tocaba el primer puesto, lo que por alguna estúpida razónme jodía hasta sacarme de quicio, habiendo crecido con la idea de que siempre tenía que ser el número uno en todo. Herencia familiar ¿saben?
Alfinal del curso, tomé la costumbre de estudiar en la biblioteca de Radcliffe. No justamente para mirar a las chicas, aunque reconozco que la cosa megustaba. El lugar era tranquilo, nadie me conocía y la reserva de libros tenía menos demanda. El día anterior a uno de mis exámenes de Historia,yo todavía no había podido leer ni siquiera el primer libro de la lista, una enfermedad endémica de Harvard. Caminé hacia el pupitre de lasbibliotecarias para pedir uno de los tomos que me sacaría de apuros al día siguiente. Había dos chicas trabajando allí. Una alta, tipo tenista del montón:la otra anteojuda, tipo ratoncito. Opté por Minnie Cuatro Ojos.
—¿No tienes La decadencia de la Edad Media?
Ella me miró de arriba a abajo.
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