LOVE


TERMINAMOS
Estoy en mi cama. Huele al café de siempre por la mañana. Me tiento la cabeza, agh… tengo una gran migraña. Despacio me levanto y escucho que Miranda está gritando. Es Osvaldo, segurola está golpeando. Trato de caminar hacia la puerta del cuarto pero siento como si mi muslo se estuviera desgarrando. Con cuidado levanto mi camisón y veo el moretón que me hizo anoche cuando le dijeque la niña había perdido el control del televisor. Las lágrimas se me salen al ver aquella agresión grabada en mi pierna, hecha por aquel hombre que alguna vez me prometió la vida eterna.Decidida tomo el teléfono que descansa en el buró y llamo a la policía. Por si acaso tomo también el jarrón de vidrio polvoriento donde descansaban las flores que para disculparse mandó a casa hace unosdías.
Susurro en voz alta que salvaré lo que es mío y antes de girar la manija doy un suspiro.
Ahora los gritos se escuchan con más clareza; mi pobre Miranda está haciendo azotada por esa bestia.Pareciera que el sonido del café hervir grita con más fuerza.
Estoy frente a ellos, esta terrorífica escena mata todo lo bueno de mis adentros en tan solo tres parpadeos. Mi hija está tumbada en elsuelo y mi esposo lastimándola, casi sonriendo.
Mi cordura se esfuma, la lógica nunca existió y con el vaso de vidrio extingo los demonios en la cabeza de mi esposo agresor.Llegó el día en el que cerré la puerta del mural que nos conectaba….
Me decidí –después de varios fracasos- a ponerle el candado más pesadoy grande que pude.
Lo miro por la pequeña lupa y en sus ojos puedo ver aquellos recuerdos tan bellos que desde hace mucho se hicieron viejos –el chantaje de siempre- y con el pecho asfixiado mevolteo sin más hacia mi nueva ruta, jurándome no volver a fijarme en su falsa mano tendida.
Me tiento el corazón pensando en que mi cobardía me hará volver. Y me repito 1000 veces en un segundo...