Lucas 17:11-19

UN LEPROSO SANADO POR JESÛS
Lucas 17: 11-19

Me llamo Samar, soy samaritano y discìpulo de Jesùs. ¿Còmo fue que me tornè en seguidor de Jesùs, pues es una historia interesante. Hace tiempo atràs Jesùs y sus discípulos iban de camino a Jerusalèn. Bajaban de Galilea y tenìan que pasar cerca de Samaria. Un trayecto algo difícil y a veces peligroso ya que los judíos y los samaritanos no sellevan bien. Esto es un conflicto que lleva años. Todo esto comenzó cuando los asirios nos invadieron allà por el siglo 8 antes de Cristo y nos mezclamos con ellos. Hasta ese entonces todos eramos parte del pueblo de Israel. Despùes muchos de nosotros comenzamos a adorar los dioses traìdos por los asirios y solo un remanente se mantuvo fiel a las tradiciones judìas con sus variaciones. Por miparte mi familia conservò las tradiciones del judaísmo, creìamos en Yavè, pero al ser samaritanos era bien difícil acercarse a Jerusalèn a adorar en el Templo.

Me encontrè a distancia con Jesùs con un grupo de 9 leprosos en las afuera de un poblado y mi vida cambiò trascendentalmente. Pero antes de contarles lo que ocurrió al encontrarme con Jesùs me gustaría contarles como era mi vida antespara que puedan ver lo que significò en mi vida este momento.

Un dìa me levantè con unas erupciones en la piel que fueron regándose por todo el cuerpo y mi familia asustada y con mucha angustia me preparò un bulto con ropa y alimentos y me pidió que me fuera a vivir a las afueras de la ciudad. Estaba inmundo con lepra. Se podrán imaginar todo lo que me pasò por la mente. Esto no puede estarpasándome a mì. Habia tratado siempre de llevar una vida buena delante de Dios y cumplir con la Ley de los profetas. Pensè y pensé cuàl sería mi pecado ya que me habían enseñado que la lepra era una maldición de Dios a causa del pecado.

La lepra es una enfermedad contagiosa y aquellos que la padecen son excluìdos de su núcleo familiar, de participar en comunidad, en la sinagoga y en elTemplo. Perdemos nuestra posición dentro de la sociedad. Sentimos que Dios nos esta castigando y no podemos entrar al Templo para implorar su perdón. Nos volvemos unos no nadie. Tenemos que vivir con otros leprosos y depender de la misericordia de la gente para poder alimentarnos y seguir viviendo con la esperanza tal vez que algún dìa la enfermedad desaparezca y sea certificado por el sacerdote.Los leprosos vivimos con la esperanza de la llegada del Mesìas, pues es èl el que va a acabar con esta cruel dolencia.

Aquel maravilloso dìa que mis compañeros y yo nos encontramos con Jesùs fue algo extraodinario. Cuando lo vimos pasar junto a sus discípulos pensábamos que era un maestro màs. Un líder con una sabidurìa especial. En ese momento no lo vì como el Kyrios, como el Señor de mivida como lo veo ahora.

Le gritè Jesùs, maestro ten compasión de nosotros. Le grite con todas mis fuerzas pues no podìamos acercarnos a èl por la ley establecida, pero algo pasò Jesùs se acercò a nosotros. Se imaginan no le dabamos asco, no le tenía miedo a la lepra. Por fin encontrè una persona para la cual eramos importantes. Queriamos sentir que una persona entendía y sufrìa nuestrodolor. Pensè en un momento que Èl al acercarse nos iba a regalar comida o tirarnos con una lismosna. Hasta ese momento mi visión de Jesùs era una muy lejana. Lo veìa como un gran líder en Palestina. No esperaba que transformara mi vida.

Pero algo pasò. Èl nos dijo: “ vayan y presèntensen delante del sacerdote” Yo mismo me preguntè que extraña orden es esta. Pero pensé algo grande va asuceder cuando Jesùs ordena esto. Cuando todos iniciamos el camino para presentarnos delante del sacerdote algo milagroso aconteciò. Yo personalmente sentí el poder de Dios que vino sobre mì. Cuando me mire los brazos y las manos y mirè a los demás estábamos sanos. ¡Gloria a Dios! ¡Alabado sea su nombre!

Mis compañeros fueron purificados, limpiados pero yo fui curado. Mis compañeros vieron en...