Luchas Por La Identidad
Alejandro León Cannock
Introducción. Historia de la aparición del debate sobre el reconocimiento. Dos niveles de reconocimiento: derechos y diferencia
En la actualidad, en el ámbito de las discusiones de la filosofía práctica, una noción ha cobrado singular importancia: el “reconocimiento”. Enpalabras de Miguel Giusti, hoy asistimos a un “revival conceptual” que ha puesto en primer plano dicha noción, debido, principalmente, a la publicación simultánea de dos libros que abordan directamente el tema: El multiculturalismo y la política del reconocimiento de Charles Taylor y La lucha por el reconocimiento de Axel Honneth, ambos publicados en 19921. No es que estas publicaciones hayan“descubierto” o “creado” esta problemática; más bien, podríamos afirmar que ellas le han otorgado una voz importante dentro de la comunidad académica a un fenómeno social ya existente. Como afirmaba Hegel, la filosofía constituye el espíritu de una época captado en pensamientos. En este sentido, lo que Honneth y Taylor habrían logrado es conceptualizar adecuadamente un conjunto de demandas sociales dereconocimiento que, en diferentes tonos y matices, han movilizado a las mujeres y a los hombres a lo largo del siglo XX2.
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Cfr. Giusti 2007: 39 Si bien es cierto que los dos libros mencionados son los que primero pusieron sobre la mesa la discusión en torno al reconocimiento, no son los únicos que lo han hecho. Pueden verse, también, el estudio de Nancy Fraser, Iustitia interrupta: reflexionescríticas desde la posición post-socialista y el de Paul Ricoeur, Caminos del reconocimiento. No obstante, quien originariamente en el siglo XIX le dio relevancia filosófica al concepto de “reconocimiento” fue Hegel (cfr. Ricoeur 2006: 229). Luchas por la identidad 1 En: Ética y ciudadanía. Los límites de la convivencia Alejandro León Cannock UPC, 2010
Así, en el siglo XX hemos presenciado unfenómeno tal vez sin precedentes en nuestra historia: el reclamo y la lucha por la reivindicación de los derechos de ciertos grupos marginados del núcleo de la sociedad3. En Estados Unidos, por ejemplo, el pedido de las comunidades afroamericanas de que se considere a sus miembros como ciudadanos plenos. A lo largo y ancho de todo el mundo, el reclamo de las mujeres de tener acceso a los mismosespacios públicos que los hombres4. Más recientemente, sobre todo en los países llamados de “primer mundo”, la exigencia de los homosexuales de poseer los mismos derechos que los grupos heterosexuales. En Latinoamérica, por ejemplo, se escucha cada vez con más fuerza la voz de grupos étnicos que han sido sistemática e históricamente marginados de las preocupaciones del Estado y de los gruposdirigenciales5. Podríamos citar muchos más ejemplos que hacen patente un hecho histórico irrefutable: las actuales condiciones de la configuración socio-política en el mundo están haciendo posible la emergencia de voces, grupos, singularidades que durante mucho tiempo fueron olvidadas, reprimidas, marginadas, invisibilizadas por quienes detentaban el poder, tanto político como económico y simbólico6. Lo queestas voces solicitan es, principalmente, reconocimiento.
Lo que salta a primera vista en estos reclamos de reconocimiento es la exigencia por parte de estos grupos de tener los mismos derechos, es decir, de ser considerados iguales. Todos los individuos, universalmente, más allá de nuestros rasgos particulares (religión, color de piel, procedencia étnica, dialecto, preferencias sexuales, etc.)pertenecemos a la especie humana, por lo tanto, merecemos las mismas posibilidades de desarrollo y bienestar. Para ello, es necesario que seamos considerados libres e iguales y
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Cfr. Taylor 1993: 58; Taylor 1994: 83; Honneth 1997: 236 Cfr. Patrón 2007: 259-270 5 Véase el artículo de Santiago Alfaro en Ciudadanía intercultural: conceptos y pedagogías desde América Latina. 6 Estos han...
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