luclulo
Páginas: 5 (1161 palabras)
Publicado: 31 de octubre de 2014
jueves, 9 de febrero de 2006
Lúculo o el arte de la gastronomía
«Sucede con la vida de Lúculo lo que con la comedia antigua, donde lo primero que se lee es de gobierno y de milicia, y a la postre, de beber, de comer, y casi de francachelas, de banquetes prolongados por la noche, edificios suntuosos, grandes preparativos de paseos y baños, y todavía más las pinturas y estatuas y eldemasiado lujo en las obras de las artes» (Plutarco).
CARLOS IGLESIAS
El apogeo pleno de la gastronomía romana se puede situar en el siglo que media desde la batalla de Actium en el 31 a. n. e. hasta la caída de Nerón. Una gastronomía que se eleva muy por encima de la mera subsistencia corporal para llegar a ser un acto cultural de gran calado simbólico.
No será necesario decir queeste comer no alcanza a todas las capas de la población, pero sí a un gran número de habitantes; y tampoco que era corriente, por ejemplo, el paroxismo gastronómico de Calígula que bebía perlas disueltas en vinagre y usaba el oro como condimento; o que las siguientes palabras de Séneca se deban generalizar: «De todos los lugares aportan a la gula todo lo conocido; se trae de lo más alejado del océanolo que a duras penas admite un estómago desencajado por las exquisiteces; vomitan para seguir comiendo, siguen comiendo para vomitar y no se dignan digerir los manjares que andan buscando por todo el orbe.»
El gusto culinario había alcanzado unas cuotas de muy difícil superación. Existía una atenta selección de calidades, procedencias y recetas. Sergio Orata atribuyó la condición deinsuperable al rodaballo de Rávena o a las ostras de Lucrino; y en tiempos de Juvenal, Montano era capaz de distinguir, al primer bocado, la procedencia de las ostras. Ya no sólo se apreciaba el producto itálico, sino incluso el llegado de Britania. Se contaba con las carnes más apreciadas, cortadas por trinchadores especializados que se formaban en academias. Y no era extraño que, como en el banquete detoma de posesión de un cargo público, en Roma en el siglo I a. n. e., se sirviera un menú como éste: «Los entremeses consistieron en un retablo de erizos de mar, ostras frescas a discreción, dos clases de almejas, tordos con espárragos, gallinas cebadas, pastel de ostras y mariscos y bellotas de mar blancas y negras. Luego venían diversos platos de marisco, pequeños pajarillos (papahigos yhortelanos), riñones de ciervo y jabalí y aves empanadas. Los grandes platos eran pecho de cerdo, pastel de lo mismo, diversos pasteles de jabalí y de pescado preparados con diversas sazones, liebres y aves asadas.»
La mesa era el punto de referencia de los círculos sociales renovados y cambiantes; el mecanismo de reconciliación social y restablecimiento de jerarquías. Un agente desencadenante ydinamizador de manifestaciones del ‘modus vivendi’ romano.
Es en este contexto social en el que nuestro personaje, Lucio Licinio Lúculo, se desenvuelve. Su inmensa riqueza, adquirida en sus expediciones, estuvo siempre al servicio del buen comer y el buen vivir. Empezando por la infraestructuras que poseía: «una magnífica casa con más comodidades y regalos mujeriles de lo que correspondía a un varónque tales guerras y expediciones había acabado… y tanta fue la celebridad con que se precipitó el lujo y tanto el aumento que tuvieron el regalo y la molicie.»
Todo un complejo puesto al servicio del gozo: «Los huertos luculianos se cuentan entre los más magníficos de los emperadores. Así es que, habiendo visto Tuberón el Estoico sus grandes obras en la costa cerca de Nápoles, los colladossuspendidos en el aire por medio de dilatadas minas, las cascadas en el mar, las canales con pescados de que rodeó su casa de campo y las otras diferentes habitaciones… Tenía diferentes habitaciones y miradores de hermosas vistas, y, además, ciertos claustros abiertos y dispuestos para paseos». En estos jardines se combinaban las luces y las sombras, arropadas por los colores y las forma de la...
Lúculo o el arte de la gastronomía
«Sucede con la vida de Lúculo lo que con la comedia antigua, donde lo primero que se lee es de gobierno y de milicia, y a la postre, de beber, de comer, y casi de francachelas, de banquetes prolongados por la noche, edificios suntuosos, grandes preparativos de paseos y baños, y todavía más las pinturas y estatuas y eldemasiado lujo en las obras de las artes» (Plutarco).
CARLOS IGLESIAS
El apogeo pleno de la gastronomía romana se puede situar en el siglo que media desde la batalla de Actium en el 31 a. n. e. hasta la caída de Nerón. Una gastronomía que se eleva muy por encima de la mera subsistencia corporal para llegar a ser un acto cultural de gran calado simbólico.
No será necesario decir queeste comer no alcanza a todas las capas de la población, pero sí a un gran número de habitantes; y tampoco que era corriente, por ejemplo, el paroxismo gastronómico de Calígula que bebía perlas disueltas en vinagre y usaba el oro como condimento; o que las siguientes palabras de Séneca se deban generalizar: «De todos los lugares aportan a la gula todo lo conocido; se trae de lo más alejado del océanolo que a duras penas admite un estómago desencajado por las exquisiteces; vomitan para seguir comiendo, siguen comiendo para vomitar y no se dignan digerir los manjares que andan buscando por todo el orbe.»
El gusto culinario había alcanzado unas cuotas de muy difícil superación. Existía una atenta selección de calidades, procedencias y recetas. Sergio Orata atribuyó la condición deinsuperable al rodaballo de Rávena o a las ostras de Lucrino; y en tiempos de Juvenal, Montano era capaz de distinguir, al primer bocado, la procedencia de las ostras. Ya no sólo se apreciaba el producto itálico, sino incluso el llegado de Britania. Se contaba con las carnes más apreciadas, cortadas por trinchadores especializados que se formaban en academias. Y no era extraño que, como en el banquete detoma de posesión de un cargo público, en Roma en el siglo I a. n. e., se sirviera un menú como éste: «Los entremeses consistieron en un retablo de erizos de mar, ostras frescas a discreción, dos clases de almejas, tordos con espárragos, gallinas cebadas, pastel de ostras y mariscos y bellotas de mar blancas y negras. Luego venían diversos platos de marisco, pequeños pajarillos (papahigos yhortelanos), riñones de ciervo y jabalí y aves empanadas. Los grandes platos eran pecho de cerdo, pastel de lo mismo, diversos pasteles de jabalí y de pescado preparados con diversas sazones, liebres y aves asadas.»
La mesa era el punto de referencia de los círculos sociales renovados y cambiantes; el mecanismo de reconciliación social y restablecimiento de jerarquías. Un agente desencadenante ydinamizador de manifestaciones del ‘modus vivendi’ romano.
Es en este contexto social en el que nuestro personaje, Lucio Licinio Lúculo, se desenvuelve. Su inmensa riqueza, adquirida en sus expediciones, estuvo siempre al servicio del buen comer y el buen vivir. Empezando por la infraestructuras que poseía: «una magnífica casa con más comodidades y regalos mujeriles de lo que correspondía a un varónque tales guerras y expediciones había acabado… y tanta fue la celebridad con que se precipitó el lujo y tanto el aumento que tuvieron el regalo y la molicie.»
Todo un complejo puesto al servicio del gozo: «Los huertos luculianos se cuentan entre los más magníficos de los emperadores. Así es que, habiendo visto Tuberón el Estoico sus grandes obras en la costa cerca de Nápoles, los colladossuspendidos en el aire por medio de dilatadas minas, las cascadas en el mar, las canales con pescados de que rodeó su casa de campo y las otras diferentes habitaciones… Tenía diferentes habitaciones y miradores de hermosas vistas, y, además, ciertos claustros abiertos y dispuestos para paseos». En estos jardines se combinaban las luces y las sombras, arropadas por los colores y las forma de la...
Leer documento completo
Regístrate para leer el documento completo.