LUDOPATIA
13 DE JULIO DE 2013
EDICION JALISCO, JALISCO
Mientras los especialistas y las autoridades sanitarias deliberan sobre la forma más adecuada de atender la compulsión por el juego –cada vez más extendida entre quienes frecuentan cualquiera de los 22 casinos de la ZMG–, Proceso Jalisco visitó algunos y comprobó que muchos de los clientes son personas de latercera edad y amas de casa. La mayoría dice estar contenta con esa nueva manera de divertirse, viajar, convivir y, si les va bien, hasta ganar un poco de dinero.
La instalación de 22 casinos durante las administraciones panistas en la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG) –11 en Zapopan, nueve en Guadalajara y dos en Tonalá– sólo trajo multimillonarias ganancias a empresarios y promotores, y enormespérdidas para los ciudadanos y ludópatas.
La mayoría de quienes frecuentan ese tipo de establecimientos –cuyas instalaciones carecen de ventanas, áreas para fumadores y su iluminación y medidas de seguridad no son las apropiadas– son personas de la tercera edad, pensionados o jubilados, aunque también acuden amas de casa y jóvenes, según constató Proceso Jalisco durante un recorrido.
Paraingresar a las casas de juego, personal de seguridad somete a los visitantes a un minucioso escrutinio: a las mujeres les revisan sus bolsos, mientras a los hombres les aplican un detector de metales para evitar la introducción de algún arma.
En el interior las luces de neón se combinan con las intermitentes que provienen de las máquinas tragamonedas; el piso está alfombrado y abundan los espejos ylas cámaras de vigilancia en la parte superior. Cada casino tiene su restaurante-bar, donde suele haber promociones y retener a la gente el mayor tiempo posible.
En el área de cajas los jugadores adquieren las tarjetas para jugar en cualesquiera de las centenas de tragamonedas desplegadas en el escenario. Y cuando se les agotan sus fondos, no necesitan ir de nuevo a la caja pues losempleados, solícitos, les ayudan a recargarla.
Acuden personas de diferentes clases sociales, quienes durante horas permanecen atentas a las pantallas de los multijuegos. Entablar una conversación es casi imposible; apenas responden a las preguntas o evitan hablar acerca de la ludopatía. Y aunque la mayoría acude todos los días, niega tener ese impulso patológico e intenta justificarse. Algunos aseguranque pierden alrededor de 200 pesos.
Silvia Rodríguez, un ama de casa de 54 años, suele visitar el casino situado en el corazón del Mercado de Abastos. Descubrió el gusto por él hace seis meses, cuando ingresó por curiosidad al establecimiento. “Sólo acudo cuando voy de compras”… es decir, cinco veces a la semana, aunque últimamente también va los sábados.
“Ya hasta invité a mi hija para que meacompañe. Pero eso sí, nos ponemos un límite de 200 pesos cada una”, comenta. Los días buenos llega a ganar incluso 400 pesos o miles de bonos: “Si te quedas en una sola (maquinita) es poco probable que ganes. Para mí la suerte no existe, sólo es cuestión de estrategia”.
Martha Bella, una jubilada del IMSS de 60 años, y Marcos López, su pareja, están “fascinados” con su nuevo estilo de vida. Ambosse divierten y algunas veces, según ellos, hasta salen ganando. Son clientes asiduos. En el casino pasan horas frente a las maquinitas. “Es muy divertido”, dicen.
Tienen sus límites: cada uno arriesga sólo 200 pesos por visita, ni un peso más. A cambio de ello, pueden adquirir comida y bebida a muy bajo costo. Un caldo de pollo, por ejemplo, cuesta 14 pesos y, comentan, se encuentran rodeados deconfort y lujo.
Por lo general, ella asiste en las mañanas –“hay más opción de que las máquinas den dinero”–, aunque también ha ido los viernes y sábados por la tarde. “Te dan botanas gratis, café, refresco y cerveza. En verdad la pasamos muy bien. En un año hemos sacado como cinco veces 3 mil pesos”.
La ilusión de ganar
En diciembre pasado, Marcos López ganó un auto compacto en una...
Regístrate para leer el documento completo.