Ludwig Mies Van Der Rohe

DISCURSO INAUGURAL
Como Director del Departamento de Arquitectura del Instituto Armour de Tecnología
Profesor Ludwig Mies van der Rohe (1938)

Toda educación debe comenzar con el lado práctico de la vida.
La educación real, sin embargo, debe trascender esto para moldear la personalidad.
El primer objetivo debiera ser equipar al estudiante con el conocimiento y habilidades para la vidapráctica.
El segundo objetivo debiera ser desarrollar su personalidad y habilitarlo para hacer un correcto uso de estos conocimientos y habilidades.
De esta manera, la educación verdadera concierne no sólo a las metas prácticas, sino también a los valores.
Por nuestras metas prácticas estamos sujetos a la estructura específica de nuestra época. Nuestros valores, por otro lado, están enraizados en lanaturaleza espiritual del hombre.
Nuestras metas prácticas miden sólo el progreso material. Los valores que profesamos revelan el nivel de nuestra cultura.
Tan diferentes como son las metas y los valores, nunca están más estrechamente ligados.
¿A qué más debieran relacionarse los valores, sino a nuestras metas en la vida?
La existencia humana se anuncia en las dos esferas juntas. Nuestrosobjetivos nos aseguran nuestra vida material, nuestros valores hacen posible nuestra vida espiritual.
Si esto es cierto de toda actividad humana, donde hasta la más insignificante cuestión de valor está involucrada, de qué modo tan especial es cierto en la esfera de la arquitectura.
En su más simple forma, la arquitectura está enraizada en consideraciones enteramente funcionales, pero puede alcanzartodos los grados de valor hasta la más alta esfera espiritual, dentro del reino del arte puro.
En la organización de un sistema de educación para la arquitectura, debemos de reconocer esta situación si hemos de triunfar en nuestros esfuerzos. Debemos adaptar el sistema a esta realidad. Cualquier enseñanza de la arquitectura debe explicar estas relaciones e interrelaciones.
Debemos esclarecer,paso por paso, qué cosas son posibles, necesarias e importantes.
Si enseñar tiene algún propósito, éste es implantar un conocimiento y responsabilidad verdaderos.
La educación nos debe guiar de la opinión irresponsable al juicio verdadero y responsable.
Debe guiarnos de lo fortuito y la arbitrariedad a la claridad racional y al orden intelectual.
Por lo tanto, guiemos a nuestros estudiantes porel sendero de la disciplina, desde los materiales, a través de la función, hasta el trabajo creativo. Guiémoslos al saludable mundo de los primitivos métodos de construcción, donde había significado en cada golpe del hacha, expresión en cada mordida del cincel.
¿Dónde podemos encontrar más grande claridad estructural que en los antiguos edificios de madera? ¿Dónde más podemos encontrar talunidad del material, la construcción y la forma?
Aquí está almacenada la sabiduría de generaciones completas.
¡Qué sensibilidad a los materiales y qué poder de expresión hay en estas construcciones!
¡Qué calidez y belleza tienen! Parecen ser ecos de antiguas melodías.
Y lo mismo de los edificios de piedra: ¡Qué sensibilidad tan natural expresan!
¡Qué claro entendimiento del material! ¡Con quéseguridad está unido!
¡Qué intuición tuvieron de dónde sí y dónde no podía usarse la piedra!
¿Dónde encontramos tal riqueza de estructura? ¿Dónde, más natural y saludable belleza?
¡Con qué facilidad apoyaban las vigas y techos en aquéllos antiguos muros de piedra, y con qué sensibilidad abrían vanos y puertas a través de ellos!
¿Qué mejor ejemplo pudiera haber para los jóvenes arquitectos? ¿Dedónde más pudieran aprender tan simples y verdaderos artificios que de estos desconocidos maestros?
También podemos aprender del ladrillo.
¡Cuán sensible es esta pequeña forma manual, tan útil para cualquier propósito! ¡Qué lógico en su vinculación, patrón y textura!
¡Cuánta riqueza en la más simple cara de un muro! ¡Pero, qué disciplina impone este material!
Así, cada material tiene sus...